La insoportable tensión entre la pareja se podía percibir en kilómetros por la intensa mirada de la coreana hacia la menor y por el incómodo silencio que había entre ambas. Lisa pretendía leer el menú del restaurante, aunque ya supiese lo que quería comer, porque no se atrevía a levantar la mirada hacia su prometida, quien la observaba de una manera no tan cariñosa, se veía muy molesta por algún motivo que no comprendía. Prefería memorizarse todas las opciones de comida antes que verla a los ojos, que denotaban frialdad hacia ella.
Incluso, la misma mesera decidió tomarles rápidamente sus pedidos, ya que no aguantaba el aura oscura que transmitía la famosa empresaria. Sabía que un mal movimiento o palabra sería el fin de su trabajo y no sólo de mesera sino de cualquier oficio de Corea.
No se emitieron ni una sola palabra durante todo el almuerzo, cosa que era anormal entre ellas. Usualmente las conversaciones de la pareja resultaban ser fluidas y cómodas para Lisa, ya que podría hablar de cualquier cosa e Irene la escucharía como si fuera lo más interesante del universo. Sin embargo, esta no era la ocasión: sentía que si se atrevía a abrir su boca, la pelinegra la devoraría como una presa y su depredador.
En el tiempo que estuvieron comiendo, Lisa se cuestionaba el comportamiento de Irene y solamente dedujo una respuesta posible: está molesta con ella porque se perdió en el camino a su trabajo. Aunque Wendy haya refutado esta idea, sigue persistiendo en su mente.
¿Y si tenía razón? ¿Irene estaba enojada por eso? ¿Y si Irene creía que era una inútil? Eso era lo más probable, y ahora ella misma cree que lo es. Claro, la coreana desde un principio sabía que todavía no estaba preparada pero aún así confió en ella para que se manejara sola y luego, se pierde, haciéndola preocupar demás, teniendo asuntos más importantes que atender, ¿no?
-¿Terminaste?- rompió el silencio la mayor.
-¿Eh? Ah, sí, sí.
-Pedire la cuenta y nos vamos, te llevaré a casa- dijo con un tono neutro.
"Estupida, estupida buena para nada" pensó repetidas veces mientras se mordía su labio para no llorar "¿No te das cuenta que está decepcionada?"
Bueno, Lisa no podía estar más lejos de la realidad: Irene solo podía pensar en esa amiguita joven, rubia y alta de Lisa. De tan solo pensar en su persona, hacia que rodara los ojos. Incluso su secretaria la confundió con una modelo. Qué idiotez. Encima, Lisa le sonreía mucho a la rubia, ¿por qué lo hacía? Si Lisa era suya y de nadie más, ¿no?
-Vámonos- anunció Irene y la tailandesa obedeció su petición.
La vuelta a su hogar fue igual de silenciosa que el almuerzo, mientras que ambas se ahogaban en sus pensamientos negativos. Al momento de llegar a su destino, salieron del auto y entraron a su casa sin dirigirse una sola palabra, por lo que Lisa se dirigió a su habitación compartida para ir a cargar su celular pero eso era una mera excusa para desahogarse en soledad.
No lo podía evitar sus lágrimas brotaban por sus mejillas sin que ella las pudiera detener. Se sentía inútil y patética, le frustraba toda esta situación estúpida. Tenía veinticuatro años y no sabía manejarse por sí sola, hasta una niña de once años podría hacerlo mejor que ella. Probablemente Irene piensa que no sirve para nada.
"Qué vergüenza doy" pensó mientras tapaba su cara con sus manos.
-Lisa, voy a...- Irene se metió a la habitación, encontrándose a su prometida sollozando- ¡Lisa, ¿qué pasó!- exclamó mientras se acercó rápidamente a ella- ¡¿Te duele algo?! ¡¿Qué te ocurre?!
-Joohyun...
-¿Sí, cariño?- tomó su cara- ¿Qué pasa?
-Lo siento.
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Memories (Lisrene)
FanfictionTras haberse despertado de un coma de dos años, Lisa no recuerda nada, ni siquiera su nombre o quién es ella misma, haciéndola sentir sola y vulnerable. Sin embargo, esa soledad se esfumó al sentir el calor de la mano de una mujer que estaba a su l...