Interrupciones

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Cuando llegamos al hotel, seguimos escuchando gemidos procedentes de algunas habitaciones hasta que llegamos a la nuestra.

Cuando entramos, apartamos las maletas y nos tumbamos en la cama porque estábamos muertos de cansancio.

- Creo que al final no iremos al parque de atracciones.

- Me parece que el parque puede esperar, y las atracciones podemos hacerlas nosotros en esta cama.

- Señorita Valery, ¿está usted proponiendo algo?

Entonces Valery me agarró la mano y la introdujo entre sus muslos para que la tocara.

Comencé a masturbarla suavemente y ella comenzó a gemir suavemente. Se acercó a mi mientras seguía tocando su clítoris.

- Te amo...

- Y yo a ti, cielo.

Ella gemía muy rico hasta que finalmente, llevó sus labios a los míos y nos comenzamos a besar apasionadamente.

Los besos que nos estábamos dando eran cada vez mas ardientes, y estaba tan concentrado en besarla que sin darme cuenta dejé mi mano quieta entre sus muslos.

Cuando nos hubimos quedado sin aliento, ella se acostó sobre mi pecho y yo, pasando mi brazo por su hombro, la abracé y así fue como nos quedamos dormidos.

Pasaron horas hasta que el teléfono nos despertó.

- Chicos, tenemos que irnos. La hermana de tu padre se ha puesto muy mal y han tenido que llevarla al hospital. No se sabe si saldrá viva de allí. Vosotros podéis quedaros aquí, podemos apañarnoslas solos, de verdad.

Valery se puso al teléfono:

- De eso ni hablar, ahora es momento de que estéis en familia y os apoyeis mutuamente. Nosotros también nos vamos.

Rápidamente nos pusimos a hacer el poco equipaje que habíamos deshecho y al rato estabamos rumbo hacia el coche.

- Oye, nos vemos en la salida y ya regresamos juntos. Quien llegue antes espera al otro.

Y así es como tuvimos que volver de regreso y se fastidiaron las vacaciones que habíamos planeado.

Pero solo las que habíamos planeado.

My hot teacher | Wayne WickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora