Cuando todos se hubieron marchado, algunos se reían de mi por haberme quedado castigado por no haber hecho unos deberes tan sencillos.
Realmente eran sencillos, solo que se me olvidó hacerlos.
- Espero que hayas aprendido la lección y a partir de ahora traigas hechos los deberes de casa.
La miré y sin saber de donde salieron las agallas le dije:
- A lo mejor se me va a olvidar hacerlos a partir de ahora para que usted me ayude, profesora...
La profesora López se quedó sin palabras, mirándome sonrojada durante unos segundos hasta que dijo:
- ¿Que acabas de decir? ¿Acaso quieres que te castigue? Muchacho, si crees que esto es un castigo... es que no sabes nada. Esto es simplemente una clase de refuerzo para que te pongas al día y nada mas. Es mi primer día aquí y no quiero que conozcas mi lado cruel, para que no me tengas manía... - la profesora se me acercó lentamente para susurrarme al oído- pero no deberías arriesgarte a que te castigue.
Dios mio, eso encendió hasta lugares de mí que ni sabía que podían excitarse de esa manera...
- Pues debería usted saber profesora, que a veces, cuando nadie me ve, puedo llegar a ser un chico muy malo... pero que hasta ahora, nadie se ha atrevido a castigarme. Digamos que hasta ahora mis travesuras no tienen límite.
- Ya esta bien, ponte a hacer tus deberes. Estás acabando con mi paciencia. Manten la boca cerrada y ponte a estudiar de una vez.
Sonreí una vez mas, antes de comenzar mi estrategia.
- Profesora, si me permite, voy a cerrar la puerta para poder concentrarme mejor.
- Pero si estamos solos, ¿que ruido te crees que va a desconcentrarte?
Me levanté, cerré la puerta, me acerqué a la profesora y le susurré:
- Los que vamos a hacer ahorita, profesora. Si quiere castigarme hágalo, pero soy un chico muy malo y no puedo contener mis ganas de hacer travesuras.
Entonces me lancé a ella y la besé con lengua por sorpresa. Pensé que ella me rechazaría pero en lugar de eso, me agarró de la camisa y me acercó a ella, tomando la iniciativa del beso moviendo su lengua con mas pasión de lo que yo lo hacía. Sin duda, fue un beso impresionante.
Puse una mano en uno de sus grandes pechos por encima de la chaqueta, pero no por mucho tiempo ya que ella se la quitó.
- Ni siquiera se tu nombre... ¿Como te atreves, malcriado? - me dijo mirándome a los ojos con lujuria.
- Va a tener que aprendérselo rápido, profesora... porque en unos instantes va a estar usted repitiéndolo entre gemidos.
De repente sucedió algo inesperado y que es que la profesora me dio una fuerte bofetada en la cara que me hizo caer al suelo.
- Ya está bien. Se acabó. ¿Quien te crees que eres, niño? Yo te voy a enseñar a ti quien manda. Abre la boca.
Obedecí mientras sus bragas se deslizaban por sus piernas hasta que las tomó en la mano y me las metió en la boca.
- Esto es para que nadie escuche tus gritos de bebé llorón.
Me agarró del cuello y me puso contra el escritorio. Sentí su mano agarrando mi polla fuerte.
- Vaya, parece que alguien se ha excitado un poco. Que cerdo pervertido eres. ¿Te excita tu profesora, eh? Vamos a ver que tanto te excito.
La profesora López me bajó los pantalones y la ropa interior dejando al descubierto mi polla, la cual se encontraba muy dura y con el glande muy húmedo.
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My hot teacher | Wayne Wick
RomanceNunca imaginé que llegaría a tener una profesora así... y mucho menos lo que llegaría a hacer por ella.