El viaje

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El argumento de Valery de darme a mí más independencia también sirvió para que mis padres me dejaran viajar en el coche con ella, mientras mis padres nos seguían en nuestro coche.

- Ha sido muy inteligente, profesora. No me creo que estemos yendo juntos de vacaciones.

- Deja ya de llamarme profesora. Mi nombre es Valery, ¿no? 

- Perdona, Valery. El caso es que me alegra que podamos ir juntos de vacaciones, nunca habría pensado que fuera a ser posible. Sinceramente pensaba que mis padres no lo aceptarían.

- Bueno, soy mayor que tu pero no tanto. Tu tienes 17 y yo 26. El año que viene ya serás mayor de edad. Creo que no eres ningún niño y yo tampoco soy una vieja, ¿no te parece?

- Si, tienes razón. Oye, ¿te molestaría que nos hiciéramos una foto juntos? 

- ¿Y por qué iba a molestarme? Hey, de verdad estás diciendo demasiadas tonterías hoy.

Saqué el teléfono y a pesar de que ella iba conduciendo, pudo mirar un segundo a la cámara para nuestra primera foto juntos.

- Que hermosa sales. Bueno, quiero decir que hoy estás muy hermosa, Valery.

Ella se sonrojó mientras sonreía. 

- Muchas gracias, aunque tu tampoco estás nada mal. Es divertido verte tan sonrojado, ¿que ha pasado para que te pongas así?

- Un ángel, pero tu no puedes verlo porque eres tú.

- Oye, nunca has sido tan cariñoso. Creo que me voy a aficionar a organizar excursiones juntos.

- Pues en lugar de excursiones, organicemos citas.

Valery se quedó callada y yo no supe qué significaba eso.

- Perdón, no quería hacer sentir incómoda. No sé por qué he dicho eso, disculpa.

- Lo has dicho porque lo sientes y no tienes que pedir perdón. Realmente me pilló por sorpresa pero, ¿sabes qué? Me parece una gran idea. Al fin y al cabo tu familia ya me conoce ¿no?

En mi pecho, sentí mi corazón acelerándose.

- ¿Lo dices en serio?

Valery observó el espejo retrovisor.

- Tus padres se han quedado muy atrás, y tengo además la luna trasera tintada, así que lo mas probable es que no puedan ver el interior del coche. ¿Quieres que te demuestre que tan en serio lo digo?

- Claro... 

De repente, soltó una mano del volante y me agarró para besarme. Fue uno de esos besos de los que nos dábamos en esas noches de placer.

- Dios... profesora. Cuando dijo que me lo iba a demostrar, no pensé que fuera a hacer eso.

- ¿Te gustó? Porque creo que esto puede gustarte más.

Valery se levantó un poco la falda que llevaba para dejarme ver que no llevaba ropa interior puesta.

- Joder. Oye, me estás provocando demasiado y al final... no voy a poder aguantar. Por favor, para.

- ¿Y por qué vas a aguantar? Mira...

Valery comenzó a masturbarse mientras conducía en línea recta por la autopista. Emitía gemidos muy deliciosos y me estaba provocando cada vez más.

- Ay... ¿Ves tú acaso que yo me esté... aguantando? - Decía ella entre gemidos. - Pues tu tampoco lo hagas. 

Yo no sabía que hacer pero estaba disfrutando demasiado el momento. Podían vernos a través de las ventanillas del coche. Sin embargo, allí estaba ella metiéndose y sacándose los dedos del coño mientras viajabamos.

- Si no te sacas la polla ahora mismo, tendré que sacarla yo.

La creía capaz, así que de todas formas la obedecí. Y allí estaba yo, sentado en el asiento delantero del acompañante con la polla fuera sin saber que hacer.

- Abre la boca. -me dijo ella de repente.

Al abrirla, introdujo la mano caliente y húmeda que había estado en su coño y saborearla fue demasiado delicioso.

- ¿A qué sabe? No me lo digas, ya lo he probado muchas veces... Pero ya que yo te he dado un poquito de mis fluidos, creo que lo conveniente es que tu también compartas los tuyos ¿No crees?

Entonces, sin que me diera tiempo a hacer nada, ella comenzó a masturbarme. 

Seguro que imaginan cómo se sintió pero, realmente fue mejor.

Algo se apoderó de mí y decidí masturbarla a ella al mismo tiempo, así que ahí estábamos los dos masturbandonos juntos, gimiendo juntos y viajando juntos. 

Como había mucho tráfico, era necesario circular despacio así que el único riesgo que existía era el de manchar el interior del coche con nuestros fluidos y creo que ese riesgo era inminente.

Cada vez estábamos más excitados y nos masturbábamos mas rápido, lo que ocasionó que mi semen saliera disparado por su mano y por la guantera del auto. 

- Ay no, lo siento mucho, de verdad. No quería manchar, disculpa, ya lo limpio.

Entonces sin avisar, ella agarró mi cabeza y la empujó contra la guantera. 

- Limpialo con la lengua. Ve empezando a calentarla porque tu semen no va a ser lo único que limpies con ella, muchacho.

Así lo hice, y entonces entendí porque ella disfrutaba tanto de mi semen. En realidad, estaba muy dulce y delicioso.

- ¿A que está rico? - decía ella lamiendo su mano- Sin duda tus padres saben alimentarte bien. ¿A que tomas mucha fruta?

- Si... - dije un poco avergonzado.

- Pues aquí entre mis piernas tengo una a la que puedes sacarle el jugo. Venga, haz que me corra. Y hazlo deprisa porque ya estamos llegando.

Con una mano, acaricié su clítoris a distintas velocidades, a veces despacio, otras mas rápido mientras que con la otra, me encargaba de mantener el interior de su coño húmedo metiendo y sacando los dedos, y moviendolos en su interior. Valery estaba temblando de placer, sin duda uno de los orgasmos más intensos que le había visto tener.

Su eyaculación fue más abundante que la mía. Comenzó a correrse a chorros por el asiento y luego se movió para eyacular en mi boca, la cual me dijo que abriera minutos antes para saborear sus fluidos.

Cuando ambos hubimos acabado, nos quedamos demasiado relajados... y las palabras salieron solas.

- Te amo Valery.

- Y yo a tí, bebé.

El resto del viaje lo pasamos a ratos en silencio debido al gasto de energía del momento caliente y a ratos conversando del paisaje y haciendo planes para estas vacaciones que iban a comenzar en unos momentos.

My hot teacher | Wayne WickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora