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Al otro día, en la mañana; Ash y Goh se encontraban  en el comedor en espera del desayuno preparado por Mr. Mime. Pero desde ya hace unos días a la hora de estar los dos sentados en el comedor, llegaba hacer incómodo para ambos.

—¿Tienes algún problema conmigo?— El joven entrenador de Pueblo Paleta, tenía la esperanza de que su contrario le dijera algo, pero fue en vano.

Después de terminar de desayunar, Goh abandono el comedor.

—Ash...— Chloe venía llegando cuando el de Ciudad Carmín abandono la sala.

—Mmh, hola Chloe— Saludo con una quebrada voz. —No término de entender cuál es su problema—

—Escucha Ash— La chica de mirada fría, se sentó al frente de el joven. —Tal vez no debería hacer esto y sé que no es mi asunto, pero yo sé que le ocurre a Goh—

—¿De verdad? ¡Dime! Dímelo ya— Los ojos cafés del chico manifestaron un brillo singular.

Chloe todavía no estaba segura si era correcto lo que estaba por hacer, pero quería ayudar.

—Esto es lo que le ocurre...— Dejo en la mesa la dichosa carta.

Ash frunció el ceño al pensar que podría ser una broma, pero recordó que Chloe no era de hacer bromas.

Tomo la carta en sus manos y con algo de inseguridad; mientras leía de esas palabras plasmadas en papel, su miedo crecía.

—¿En que momento encontró esta carta?— Hablo casi en un murmullo.

—Esa parte no lo sé, pero dime una cosa— Chloe lo fulmino con la mirada. —¿Enserio sientes todo lo está ahí escrito?—

—¡No!, Claro que no— Exclamó con euforia. —Toso eso lo escribe hace mucho tiempo, cuando apenas lo conocía fue que escribí eso, todo fue un ataque de furia; la verdad es que...—

Ash paro en seco al darse cuenta de lo que estaba por decir.

—¿Que verdad?— Chloe sonrió con complicidad.

—Ehm....no nada, algo sin importancia— Una ligera risa nerviosa escapó de su boca.

—De acuerdo, ahora debo irme o llegaré tarde a la escuela— Chloe abandono la sala.

|•|•|•|•|•|

Nuestros dos protagonistas se encontraban dirigiendo al estadio donde se realizaría un enfrentamiento de la liga de coronación.

Claro que el camino hacia el estadio fue algo incómodo para ambos chicos.

—Goh, espera— Ash agarró el brazo del menor. —Debemos hablar—

—No lo creo... tú y yo no tenemos nada que hablar— Hablo en voz baja.

—¿Ah no? ¿Y que hay de esto?— En su mano llevaba la carta que anteriormente Chloe se lo había dado.

Mírame a los ojos, que te siento diferente...”


Tu Carta, Tu CulpaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora