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—Ehm...¿Y a qué se debe tu pregunta?— Fijo su mirada en los ojos ajenos.

—Solo curiosidad—Decia en una voz ligeramente audible.

—Ehm...eso creo— Respondió con algo de duda.

—¿Crees?—

—Todavia tengo dudas al respecto— Argumento. —¿Y tú? ¿Hay alguien en especial?—

—Tal vez sonará raro, pero si. Desde hace tiempo hay alguien— En el rostro del chico, una boba sonrisa empezaba asomarse.

—¿Te gusta alguien?— Pregunto débilmente.

El joven entrenador asintió ante la pregunta hecha por su acompañante. En ese momento un sentimiento de tristeza se apoderó de Goh.

A veces el miedo, las inseguridades, te impiden ver más allá de lo que ves.

Los ojos son las ventanas del alma. Una mirada habla más que mil palabras.

—Bien, es algo sorprendente— Susurro con un nudo en la garganta. —Creo que debemos ir con las chicas—

—Tienes razón, vamos— Dedicó una sonrisa. Luego sin orevio aviso agarró la mano de Goh y obligarlo a correr detrás suyo.

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El último día de la Copa Wallace había llegado. El público estaba emocionado de ver a las finalistas y conocer a la ganadora.

Las dos finalistas se encontraban en el camerino que compartían, dándole los últimos detalles a sus vestimentas.

—Se llegó el día Dawn— Decía la chica de cabellos castaños con una simpática sonrisa. —No importa quien gané, sin rencores ¿No?—

La chica de Sinnoh asintió con amabilidad.

—Ademas que hoy, como sea haremos que Ash y Goh por fin sean pareja— Ánimo la chica de cabellos azules, seguía de una cómplice sonrisa de la otra chica.

La hora al fin había llegado, Dawn y May fueron llamadas al escenario. El show estaba por comenzar.

La batalla era entre el Piplup de Dawn vs el Blaziken de May. Si hablamos de tipos, Dawn tiene la ventaja, pero en una batalla todo puede pasar.
La batalla fue reñida, todo era asombroso, el público no dejaba de asombrarse con cada movimiento por ambos bardos.

Al final la ganadora termjno siendo May.

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Los dos entrenadores de Kanto paseaban por el hermoso Lago Valor, obersando sus alrededores. Sin darse cuenta que un grupito los venía siguiendo.

—Ya mañana nos regresamos a Kanto— Hablo el de Ciudad Carmín sin dejar de ver a la cantidad de Pokemons salvajes que habían por ahí.

—Si...— Murmuró. —Oye Goh—

—¿Hmm?— Fue lo único que atinó a decir.

—No, nada— Negó rápidamente.

—Ubm, ¿No pueden ser más tontos?— Dijo Dawn, bufando con pesadez. —Es tu turno Jackson—

—Tsss, pido un aumento— Se quejó el pelirrojo.

—Callate, ahora haz tu trabajo— Ordenó con frialdad, Jessie.

El chico de nombre Jackson, salió de donde estaba con los demás y se acercó a los chicos.

—Hola, hola— Saludo con un tono algo coqueto.

—Ah, tú otra vez, hola— Goh devolvió el saludo con una media sonrisa.

—Ay, pero que ánimos— Se burló un poco. —¿Te gustaría ir a caminar conmigo?—

—Él ahora no puede— Hablo con seriedad.

—¿Y qué dices?— Volvió hablar, ignorando lo dicho por Ash.

Goh no sabía que decir, la educación que le dieron sus padres le hacía creer que debía decir que si, pero otro lado le decía que dijera no.

—No puede ahora— El azabache agarró la mano de Goh y lo jaló.

Ya algo alejados, quedaron debajo de un árbol.

—¿Qué fue todo eso?— Preguntó el de ojos azules.

El de Pueblo Paleta miraba a la nada, suspiro ligeramente.

—¿Recuerdas que ayer te dije que había alguien?—

—Si, ¿Pero que tiene que ver eso con lo sucedido?—

—Es que ese alguien es...—

—No quiero saber quién es ese alguien, no tiene nada que ver conmigo—

—Es que si tiene que ver contigo—  Se apresuró a decir. Trago saliva. —Ese alguien eres tú

Tu Carta, Tu CulpaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora