Qᴜɪɴᴛᴀ: ❝ᴀᴄᴇᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ❞ (ᴘᴀʀᴛᴇ 1)

540 85 32
                                    

Juraría que después de casi tres años encerrado en aquella pocilga algún día finalmente podría acostumbrarse al calor que implicaba la cárcel durante el verano, pero parecía imposible

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Juraría que después de casi tres años encerrado en aquella pocilga algún día finalmente podría acostumbrarse al calor que implicaba la cárcel durante el verano, pero parecía imposible. El sudor le hacía sentir el cuerpo completamente pegajoso, no había una ventilación decente a excepción del abanico que su madre le había llevado unos días antes para que no lo pasara tan mal durante la época. Funcionaba a base de baterías y medía a penas un metro, pero no había razón alguna por la cual en el reglamento les impidieran tenerlo dentro de la celda, así que al menos eso les ayudaría a él y a su compañero, Ichiro, a sentirse un poco menos abrumados con las altas temperaturas que parecían consumir Tokyo en las llamas durante ese año.

Había dejado de llamarle Rakki hacía un rato, ahora solo era Ichiro. Después de una charla nocturna en la que ambos terminaron soltándose intimidades sobre su pasado, descubrió que al muchacho realmente le causaba tristeza ser llamado de esa manera, aun cuando también detestaba su nombre, sobre todo su apellido, escuchar constantemente que era llamado como la suerte aun sintiéndose tan desgraciado no le sentaba del todo bien; además de ser el recordatorio constante de como los que consideraba amigos lo habían terminado soltando en la correccional con tal de salvar su propio pellejo, por lo que tomó la decisión de llamarlo únicamente por su nombre.

Dicha noche también el soltó la lengua, hablándole de la Toman, de Baji, del incidente con Shinichiro, incluso terminó contándole del imbécil de Junpeke y como gracias a él había conseguido a sus primeros amigos verdaderos. Ichiro ansiaba conocer a toda esa manga de personas de las que Kazutora hablaba con tanta efusividad, aun sabiendo que el más importante de todos era ya un ausente, eso no disminuía su deseo. Al menos si conocía al resto, las historias sobre él que los otros pudieran relatarle le ayudarían a sentir que lo había conocido, aun en la lejanía.

Por esa razón, una vez llegado su primer cumpleaños dentro de la prisión, Draken se había encargado nuevamente de reunir a todo el mundo para hacerle una visita especial, en la cual Ichiro también era enlistado como invitado, su único ausente era ahora Pah, haciéndolo darse cuenta de que esta vez ella no estaba involucrada. Pasaron una velada tranquila junto a ellos, su madre, e Ichiro. Reunión que se había repetido al siguiente año y que estaba a punto de tener una tercera parte dentro de un mes. Ichiro sin duda parecía aun más emocionado que él, era cierto que no recibía visitas, así que al menos salir del complejo que recorría diariamente una vez al año era liberador.

En el presente, el par estaba tumbado sobre sus propias literas, en silencio. Los guardias estaban esperando correspondencia a las celdas, era un asunto que no le incumbía a ninguno de los dos, jamás recibían nada, y desde la tarde en la que depositó en el buzón el último sobre, había soltado las cadenas que lo hacían seguir esperando por algo más. Sabía que no habría respuestas, no habría nada de por medio entre ambos. Agradecía finalmente haberlo aceptado, le hacía mejor a su mente, a su corazón.

Tenía el cabello azabache atado en una coleta, suelto llegaba hasta por debajo de sus hombros, seguramente no pasaría mucho tiempo para que un guardia le diera un tijeretazo para recortarlo, pero en ese moño mal hecho al menos el calor disminuía, el aire le acariciaba la nuca, y era más cómodo pasar el rato de esa manera. Después de la entrega de correspondencia solo tendrían que esperar un rato para ir a las duchas, cosa que lo aliviaba, al menos el agua helada le haría sentir mejor.

𝑨𝒇𝒕𝒆𝒓𝒈𝒍𝒐𝒘 • 𝑲𝒂𝒛𝒖𝒕𝒐𝒓𝒂 𝑯𝒂𝒏𝒆𝒎𝒊𝒚𝒂 {𝐋𝐢𝐠𝐡𝐭𝐬 #𝟏}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora