𝟏𝟏/𝐌𝐚𝐫𝐳𝐨/𝟐𝟎𝟏𝟕: ᴇʟ ᴘᴀꜱᴏ ᴅᴇʟ ᴄᴀʟᴇɴᴅᴀʀɪᴏ.

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El trabajo era algo demasiado agotador

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El trabajo era algo demasiado agotador.

Si bien vigilar a las personas para que hicieran su trabajo correctamente no era una gran hazaña, las cosas cambiaban cuando se trataba de que dichas personas eran sus empleados, y que de la vigilancia dependía ver a quien de todos iba a terminar ascendiendo como jefe de cocina.

Había vuelto a Japón bastante tiempo atrás. Nueva York había sido una experiencia maravillosa, un ritmo de vida que nunca para, calles abarrotadas, conocer a gente de todas partes del mundo, sumado a tener la oportunidad de estudiar lo que había soñado por tanto tiempo era como vivir sobre un sueño. Y eso era lo que la gente solía decirle cuando aun estaba en América, el brillo en sus ojos dispares, aun con la cantidad de gente que habitaba la ciudad, era visible en muy pocas personas. Se limitaba a sonreír ante dichos halagos, al menos, aquello le valía como el saber que había cumplido una de sus promesas para con él.

Cuatro años fuera no eran poco, por el contrario, era por eso por lo que, teniendo ya los diplomas que la avalaban como una experta de las artes culinarias orientales y occidentales, así como algo de dinero que había ahorrado de empleos que disfrutaba tomar, ya fuese en cadenas de comida rápida, restaurantes, pizzerías o incluso jugar a la niñera para algunas parejas que vivían cerca de la residencia estudiantil donde solía hospedarse, había decidido volver.

Extrañaba a su padre, a Ima, e incluso a Kaori. Ni siquiera había sido capaz de conocer a Akari en algo que no fuesen fotografías, y sin duda quería ver en persona a su hermana pequeña, así como estar de vuelta en los sitios que alguna vez habían sido de gigantesca importancia para sí misma. Por eso, después de tres años de preparación y uno de trabajo, había comprado un boleto de avión sin retorno de Nueva York a Tokyo. La travesía era sumamente intensa, así como los latidos de su corazón durante todo el vuelo.

Su padre, Kaori, Akari e Ima habían ido a encontrarla al aeropuerto. Ima parecía haber cambiado montones, pero seguía siendo la misma obstinada de siempre, a diferencia de que por primera vez en su vida se había removido el flequillo y su cabello ahora era igual de largo que el suyo. Su padre ahora tenía un par de canas asomándose en el cabello, y Kaori era igual de guapa que siempre. Quizás la mayor sorpresa de todo fue la pequeña Akari, que lucía desconcertada al por mayor ante las palabras de "Hola, soy tu hermana mayor". Tenía todo el rostro de su padre, exceptuando la nariz. Era una niña preciosa.

Tardó poco tiempo en ponerse al día de todo lo que había sucedido a lo largo del tiempo. Después de dejar sus cosas en casa, su padre la convenció de ir con Ima a dar un paseo. La castaña quería estrenar junto a su mejor amiga el auto que sus padres le habían dado como obsequio por concluir la universidad.

¿Estás trabajando en algún sitio?

Estoy en eso — se encogió de hombros y después dio un sorbo a su bebida. Habían parado en un café al cual solían acudir tiempo atrás — recibí una oferta para administrar unas bodegas, venden cosas para animales o algo así. Es un buen salario.

𝑨𝒇𝒕𝒆𝒓𝒈𝒍𝒐𝒘 • 𝑲𝒂𝒛𝒖𝒕𝒐𝒓𝒂 𝑯𝒂𝒏𝒆𝒎𝒊𝒚𝒂 {𝐋𝐢𝐠𝐡𝐭𝐬 #𝟏}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora