Luo Binghe desató las muñecas de su Maestro.
El inmortal aún estaba durmiendo. Lo había atrapado en un sueño más agradable.
El demonio no sabía como sentirse ahora con respecto a él. Después de tantos años alimentando un profundo odio hacia la persona que tenía enfrente lo que había descubierto esa noche lo había dejado atónito.
Inconscientemente apartó los mechones de cabello negro que caían por la cara de Shen Qingqiu.
Siempre había sabido que detrás del hermoso rostro de su Shizun había algo podrido y desconocía que encontraría tantas heridas y el reflejo de una persona muy similar a él.
La verdad dolía.
Aunque Luo Binghe había roto las cadenas de su relación Maestro-Discípulo esa noche habían tenido su última clase juntos.
Se suponía que sería una venganza divertida.
Sin embargo, había aprendido dos lecciones valiosas.
La primera: Quizá Shen Qingqiu no era una buena persona, pero tampoco era un monstruo. Era una persona compleja y Luo Binghe —por curiosidad— deseaba conocerlo mejor.
La segunda: Shen Qingqiu le había mostrado en qué tipo de monstruo podía convertirse.
Ambos tenían demasiado en común (con la única diferencia que Luo Binghe había comenzado a cruzar algunos límites).
Ser poderoso no justificaba ser innecesariamente cruel.
Y él era el héroe, no el villano escoria.
Luo Binghe suspiró antes de cargar entre sus brazos a Shen Jiu y llevarlo a otra habitación.
ESTÁS LEYENDO
APOSTANDO
FanfictionShen Jiu se encuentra encerrado en un calabozo y es consciente que jamás saldrá de ahí. Sin embargo -gracias a un malentendido- esta posibilidad no solo se vuelve real sino que presenta ante él una oportunidad que -hasta ahora- resultaba inimaginab...