CAPITULO 11.

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Jimin y Jungkook esperaron al menos dos horas más para que la noche cayera, sin perder más tiempo se montaron en el BMW para ir primero a casa de Jimin, el peliazul no lo invitó a pasar, ya que había cosas bastantes extrañas dentro de su casa, por lo que Jeon tuvo que esperarlo afuera.

Jimin intentó apresurarse, sin pensar mucho en que ropa llevar, empacó la necesaria y después de que su mochila estuviera lista, salió metiendo su ropa a los asientos traseros y después se montó al coche de nuevo, dándole la dirección a Jungkook del restaurante en donde había hecho la reservación.

El camino fue algo silencioso y corto, Jungkook buscó donde estacionarse y después ambos bajaron para caminar hacia la entrada.

Jeon buscó la mano de Jimin mientras caminaban y entrelazó sus dedos con los del mayor, haciéndole sonreír. Cuando les dieron su mesa se sentaron uno enfrente del otro y el menor se dedicó a observar el lugar.

Era de aspecto común y corriente, grande y olía delicioso.

El mesero llegó para pedirles su orden, después de eso a unos cuantos minutos llegó todo lo que habían pedido, Jimin se encargó de servir el vino y alzó su copa ya servida.

—Brindemos.

—¿A causa de que?.— preguntó Jungkook alzando su copa también

—No lo se— vaciló y se relamió los labios—. A causa de nosotros, brindemos porque hoy el futuro sea mejor.

Jeon asintió sonriendo y después de chocar sus copas bebieron un trago mirándose a los ojos. Jimin no aguantó su mirada por mucho, así que soltó una risa llevándose la mano a la boca.

—¿Que te dije sobre eso?.— cuestionó Jungkook alzando ambas cejas y Jimin asintió

—Lo siento— dijo retirando su mano—. Me da vergüenza eso es todo. Me pones nervioso.

—Me alegra escuchar que causo eso en ti, pero jamás ocultes tu linda sonrisa.— Jimin asintió y se inclinó sobre la mesa para darle un beso

Después de otra botella de vino y dos martinis, salieron del lugar risueños, inclusive Park quiso llamar a un taxi para que los llevara de regreso ya que no quería dejar a Jungkook manejar en ese estado, pero el pelinegro dijo que estaba bien.

—No quiero morir.— dijo Jimin poniéndose el cinturón

—No moriremos, además no estoy ebrio, solo estoy... feliz.— sonrió mirando al mayor y Jimin tomó su mano que estaba sobre la palanca de cambios

—Vamos a casa Jeon.— el pelinegro sonrió ampliamente al mismo tiempo que arrancaba el coche

Sus manos estaban entrelazadas mientras uno tenía la vista enfrente, manejando, el otro estaba sintiendo su corazón latir a velocidades rápidas mientras ocultaba una sonrisa por dentro, veía las luces de la ciudad al mismo tiempo que miraba hacia arriba para observar el cielo despejado y estrellado.

De repente se le ocurrió una idea bastante loca. Sonrió quitándose los zapatos y Jungkook lo miró solo un momento ya que no podía despegar la vista de la carretera. Jimin se quitó el cinturón de seguridad y presionó el botón que estaba en el techo del BMW haciendo que el quemacocos se abra.

—Seok... no es buena idea.— dijo Jeon al ver lo que quería hacer

—Jimin...

—¿Que?.— preguntó soltando una risita y Park se levantó en el asiento

Jungkook sostuvo la pierna más cercana a él para evitar que cayera, Jimin asomó su cabeza y después sacó lo que le restaba del cuerpo, sacó las manos también mientras abría ampliamente los brazos, sonriendo con la brisa fría golpear su rostro.

krov' - 국민  KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora