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Aquella noche estaba rodeada de mimos y besos cariñosos abundaban en la habitación principal. En la mañana y tarde de ese nevado día ambos habían estado separados por sus agendas, Mikey con el álbum y tour, y Takemichi con la reanudación de las grabaciones por lo que la dulce pareja no podía desperdiciar sus noches pues era la única parte del día donde podían verse y demostrarse su amor.

Takemichi estornudo. No una, sino repetidas veces y eran motivo de su pequeño Tai.

Takemichi sabía que era alérgico a los gatos, sin embargo, al platicarlo con un especialista y con Baji habían llegado a la conclusión de que un gato con la raza de Tai y el medicamento especial no habría problema. Pero ahí estaba, estornudo por milésima vez en aquella noche...

-Creo que es hora de que nos mudemos, Micchi- soltó el mayor arropandose.

-¿Qué? ¿Por qué? - el pelinegro miró confundido al contrario.

-El espacio es reducido y entre más frío haga, el polvo y los pelos de Tai quedan aquí atrapados- le contestó mirando su cara enrojecida por la alergia- Y si buscamos un nuevo lugar más amplio, tu alergia podría mejorar.

-Pero Mikey... Es mucho papeleo, búsquedas y ambos tenemos una agenda que no no lo permite- puchereo con la pastilla de la alergia en manos.

-Dejamelo todo a mi...
 
  
Un día antes para navidad.
 
     
Nochebuena, día para pasarla con amigos y noche para celebrar con seres queridos. Ese era el plan que seguramente todo Nippon tenía planeado, que quizá todo el mundo tenía planeado; sin embargo Mikey no.
Aquel día de sembrina Manjiro había decidido sacar a su Takemicchi de las garras de Matsuno con quien se había juntado para ser participe de la preparación para la cena de Nochebuena, hasta que cierto peliblanco lo arrastró con el hacía las afueras de la ciudad.
  
  
 
La última semana y media ambos chicos dedicaron sus noches de mimos a buscar en Internet casas y más casas. Gustando de muchas pero decidiendose por pocas, pues todas eran muy lindas y bastante amplias pero ninguna fuera de Tokyo y mucho menos con el bosque alrededor que tanto había estado buscado Takemichi, hasta que dieron con la indicada.

Por esa misma razón era que la pareja iba en aquel mustang convertible rojo que tanto le gustaba al pelinegro. Mikey con unas gafas oscuras conducía por la carretera en las ya afueras de la ciudad, por otro lado Takemichi iba felizmente cantando su canción favorita del momento "after the play is over" con gran emoción dejándose despeinar por el viento de invierno y riendo con suavidad. Sin duda alguna sería un gran día.
 
 
Cuando una gran reja de azul metálico rodeada de muchos árboles y vegetación apareció, los dos varones se miraron mutuamente sonriendo y bajaron del automóvil.
Tomándose de las manos entraron a lo que era el patio principal; era amplio, con un jardín cubierto de nieve, un columpio colgado de la rama de un alto árbol, un camino en medio de piedras que los guiaban hacia la entrada de la casa, en medio una fuente y lámparas tradicionales adornaban tan lindo camino y justo antes de llegar a dicha entrada un mesa circular de metal con dos sillas junto a ella estaba ahí.

Takemichi quedó maravillado con lo que apenas era el inicio, y sus orbes azules brillaron de fascinación cuando por fin pudo prestar atención a la casa.

Era una casa moderna de dos pisos, el mármol color chocolate junto la cristaliceria y la madera adornando la fachada de enfrente era todo lo que el pelinegro quedara encantado con la casa, sin embargo Mikey al notar aquello aferro su agarré para captar la atención del contrario para hacerle entender que abriera ya la puerta café principal pues los nervios se lo estaban comiendo vivió. Y así fue, Takemichi comprendió y abrió finalmente la puerta dejando ver el espacioso y maravilloso primer piso.
 
  
-¡Por todos los cielos Mikey de verdad debemos elegir esta casa! - con los ojos llenos de brillo el pelinegro se dejo ser dentro de la casa con olor a nueva.

-¡Ah! Veo que por fin están aquí señor Sano y Hanagaki- hablo una voz masculina ya conocida dirigiéndose a Mikey, pues Takemichi seguía recorriendo los alrededores.

-Muchas gracias por esperarnos Pah- le sonrió a su amigo de infancia.

-No te preocupes, nosotros también llegamos hace poco- apareció Pehyan, ya que él era el que ayudaba a Pah-chin con los negocios desde que heredó el negocio de su familia.

-¿Entonces ya decidieron si será esta casa? - preguntó Pah dejando el portafolio en la mesa de utileria de la sala.

-Aún no sabemos Takemichi no ha decidido por... - fue interrumpido por un grito.

-¡MIKEY EL CUARTO PRINCIPAL ES GENIAL! - gritó Takemichi desde la segunda planta.

-Creo que será esta- rio mientras llamaba a Kokonoi, pues aparte de encargarse de sus finanzas también era su abogado.
 
  
Media hora después, varios autos se estacionaron fuera del nuevo hogar de la pareja, los cuatro adentro salieron a ver de que se trataba y porque no solo estaba el porche blanco de Kokonoi ahí afuera. Pero fueron sorprendidos con todas aquellas caras familiares totalmente felices y con comida y un minino en manos.

-Koko, ¿qué hacen todos aquí? - preguntó Mikey aún sorprendido.

-Perdón jefe, llame a Inupi para que me acompañará pero él estaba con Izana- replicó apenado.

-Entonces Inupi tenía la llamada en altavoz yo estaba también Emma preparando la cena, así que llamé a Kakucho para que se apresura con las compras- contestó Izana sonriendo mirando a Takemichi- Micchi~-se alejo de ellos.

-Y de pura casualidad yo me encontré con Kakucho cuando Izana lo llamo, por lo que yo llame a Baji y Baji estaba con Draken tomando así que yo fui quien los trajo a ellos dos y al pequeño Tai que estaba a nuestro cargo- habló Chifuyu riendo con el minino en brazos.

-¿Y nadie estaba con Mitsuya o Hakkai..? - preguntó Takemichi pues faltaban ellos.

-Nope, pero también vienen en camino, Draken los llamo en el camino hacia acá- contestó Baji mientras bajaba algunos cartones de cerveza- Vienen con los gemelos, solo espero que Angry no traiga a su novio Rindou porque el muy raro siempre trae consigo a su hermano aún más raro.

Takemichi rio en alto, era una bendición tener a una familia así de grande, que lo amaba y quería. Lo hacían tan feliz y lo hacía feliz tenerlos a todos juntos finalmente, tener a las personas que tanto aprecio en ese futuro lo hacía tan feliz y pleno.

-Ah... pues no queda de otra, pasen a nuestra nueva casa- el peliblanco menor tomo la mano de su pareja dejando pasar a sus amigos quienes miraban con emoción la nueva casa de los chicos.

-Es lindo pasar navidad sabiendo que todos ustedes finalmente están bien... - habló el menor recargando su cabeza con la del contrario.

-Es lindo saber que por fin pasaras una navidad con tu familia, Micchi- le contestó el mayor mirando la nieve que comenzaba a caer.- Gracias por todo una vez más, mi héroe llorón

Y después de aquello tomó con delicadeza la cintura del menor y beso los fríos labios tintados de rosita. Una sonrisa entre el beso se formó y al igual que el peliblanco, Takemichi se aferro con anhelo a los hombros del contrario para profundizar el dulce y cálido beso.
 
  
Era la primera Nochebuena que Takemichi no tuvo la preocupación de salvar a alguien de morir, la primera en la que no la pasaría solo y en unas cuantas horas, sería la primera Navidad en la que besaría a la persona que tanto amo, a la persona por la que tanto espero.
   
   

     
    
    
     
     
    
    
    
    
    
       
        
        
           
      
       
     
         
         
    
        
    
     
     

𝕆𝕪𝕒𝕤𝕦𝕞𝕚, 𝕄𝕚𝕜𝕖𝕪-𝕜𝕦𝕟||𝐓𝐚𝐤𝐞𝐌𝐢𝐤𝐞𝐲 Where stories live. Discover now