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Su próximo álbum y tour estaban a la vuelta de la esquina, y el hecho de que Mikey aún no tuviera la letra de su canción completa, hacía que tanto toda la banda junto a sus managers, promocionadores y su empresa tuvieran los nervios a flor de piel.

Sin embargo el peliblanco, vocalista principal de la gran "TOKYO MANJI" se encontraba ahí, pacíficamente acostado en su cama king seize, acariciado dulcemente a su pequeño Tai y mirando una vez más "el castillo ambulante". Llorando por milésima vez por aquel bello diálogo que Howl había proclamado hacia su amada Sophi "No tengo que huir más porque ahora tengo algo que proteger".
Sí, así es, aunque no lo creyeran Manjiro era todo un ser lleno de romanticismo y más cuando de películas románticas y de su Takemicchi se tratase.

-Por todos los cielos, Howl sal de la pantalla y bésame por favor- dijo el peliblanco cuando la escena final hacia aparición en la gran pantalla que había en su habitación.

-¡MIKEY CONTESTA EL CELULAR! - gritó una voz proveniente desde el baño que también estaba en su habitación.

-Ya voy, ya voy pero no me grites Micchi- con un puchero formado en sus labios, contestó el llamado leyendo el nombre del contacto "tótem kenchin" - Moshi mosh~

-¿Mikey tienes la canción terminada? - preguntó con frustración la voz tras de la llamada.

-Justo estaba haciendo unos últimos ajustes Kenchin- mintió descaradamente mirando los créditos de la película.

-Más te vale que así sea Mikey, los productores la quieren escuchar mañana por la mañana y si no está lista nos dan cuello a todos, ¿Entendiste?

-Sí - contestó desanimado.

-Muy bien, saluda a Takemichi de mi parte- el pitido de la llamada terminada hizo que el peliblanco se levantará de su cómoda cama y tomará la pequeña libreta donde la casi letra finalizada estaba.

Manjiro se levantó desganado y salió de la habitación con aquella libreta color azul marino, y por detrás de él el sonido de la llave dando a entender que su pareja se había terminado de bañar lo acompañaba.

Encendió los parlantes de la sala para después encaminarse a la cocina y tomar del bowl dos paquetitos de dorayakis. Con Tai caminando entre sus pies y el dulce en su boca, Mikey se sentó en el largo sillón y reprodujo la pista ya terminada de la canción.

"Mugen" se leía en la pantalla, comenzaba acompañada de una guitarra acústica y el piano.
A pesar de que la banda estaba centrada principalmente en el rock pesado y algo de heavy metal, las baladas y canciones tranquilas eran algo que estaban muy presentes en sus álbumes, y está no era la excepción.

Al escuchar la melodía se sentía la tranquilidad de un viaje en otoño por tren, quizá el calor de una noche en verano o el triste de un corazón roto en invierno.
Eran muchos sentimientos encontrados conforme la pista avanzaba y si de la letra aún sin finalizar se hablará, quizá solo quizá muchos podríamos haber llorado.

Las pesadillas de aquel peliblanco sentado como cazuelita estaban plasmadas de forma metafórica en aquellas notas. Si aquello no podía ser desahogado al cien por ciento en las citas semanales con su psicólogo, que sean escuchadas por millones de personas que hasta identificadas podrían salir.

Takemichi desde el marco de la puerta principal veía con detenimiento lo concentrado que estaba el mayor. Con Tai entre las piernas, un dorayaki en la mano izquierda y el lápiz siendo mordido; era una escena dulce en cierto punto, pues aquel pelinegro no sabía que pequeñas lágrimas corrían sobre las enrojecidas mejillas del contrario.

-¿Terminaste? - dijo sentándose a lado de Mikey tomado a el gato rubio para mimarlo.

-¿Eh? Ah sí... Eso creo- contestó sonriendo hacía la letra ya terminada, quedando totalmente satisfecho con el resultado.

𝕆𝕪𝕒𝕤𝕦𝕞𝕚, 𝕄𝕚𝕜𝕖𝕪-𝕜𝕦𝕟||𝐓𝐚𝐤𝐞𝐌𝐢𝐤𝐞𝐲 Where stories live. Discover now