Los cubiertos golpeaban la porcelana cada que tomaba un bocado de su plato, llenando el silencio en el comedor. El collar la incomodaba al bajar la cabeza, pero comía sin quejarse. Miró la mano de Xavier, donde se aseguraba la cadena que evitaba que ella se levantara de la mesa.
—Sabía que tomarías la decisión correcta.
Silencio por parte de Luna. Xavier, sin ganas de lidiar con sus problemas existenciales, jaló de la cadena, logrando que el trozo de carne cayera otra vez al plato. Luna lo miró con recelo.
—Gracias.
Con la opción "C", la obediencia le traerá más beneficios que desgracias; con esa decisión, conservará la vida que construyó después de perderlo todo. Y, quizás, si logra enamorar a Xavier, él deje de ser tan cruel, justo como es con Marcela. Solo debe tener paciencia y centrarse en su objetivo de siempre: enamorar a Xavier de Armas.
Él soltó la cadena, observándola. Ya no tenía heterocromía —jamás la tuvo—, pero sus ojos seguían siendo bellísimos. Ella seguía siendo hermosa incluso con los labios apretados y el ceño levemente fruncido. Continuó comiendo como si nada sucediera mientras él se preguntaba cómo sería la verdadera hija de Joe, si es que existió una.
—¿Quién eres, Luna?
—Según tu trato, soy Luna Nankín —lo miró— y nadie más.
Xavier cruzó los dedos por debajo de su barbilla, con los codos sobre la mesa. Estrechó sus ojos hacia ella. Recordó lo que Joe le dijo de cuando «su hija» se presentó en la oficina con un acta de nacimiento y varias fotos de Carmen y ella de bebé. Eso quiere decir que sí hubo una heredera Nankín.
—¿Qué le hiciste? —preguntó, burlón.
—¡Nada! —mentía, Xavier lo sabía. Una vez te encuentran una mentira, se te complica más mantener todas las que has dicho, incluso generar nuevas, pues ya no sabes si funcionará.
—Ella era tu novia, ¿cierto? —Los hombros de Luna se tensaron y Xavier soltó una carcajada—. Por supuesto, jamás habrías sabido de Joe si no conocías directamente a la hija.
—¿Qué quieres que te diga, Xavier? —preguntó, cansada.
—La verdad de tu identidad.
—¿Para qué? —suspiró y optó la misma posición en él—. Me llamo Luna realmente. Cuando nos conocimos, fue una sorpresa total que ella y yo compartiéramos nombre.
Él aguardó a que continuara, pero no lo hizo. Luna no hablaría de más, Xavier quería saber su identidad, ahora la sabe, pero lo demás...
«No sé porque te sorprendes de su crueldad, si tú eres igual». Luna apartó la mirada. No era igual que él, ella solo... solo...
«Eres igual que él», susurró la voz de su cabeza. Los ojos de Luna se llenaron de lágrimas. Se llevó las manos a la nuca y desató el collar. Parpadeó para alejar su debilidad y se quitó el objeto que le daba poder a Xavier sobre ella.
—Yo también tengo condiciones para este trato, Xavier.
—No estás en...
—Claro que lo estoy, porque podría contarle todo a Joe y a la policía sobre las chicas que tienes ahí. Aún me quedan reservas para falsificar una prueba de ADN si decides hablar. Viéndolo desde aquí, yo gano, porque tú tienes el antecedente de tu familia y yo solo el de una chica rota que se dejó manipular.
Luna se puso de pie bajo su furiosa mirada.
—No soy una chica indefensa, Xavier de Armas, me he tenido que valer por mí misma por mucho tiempo.
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La condena del señor X
RomanceÉl es un empresario con fetichismos que prefiere mantener ocultos. Ella es la hija de su único amigo y socio; y también será su mayor tentación. Xavier de Armas lo tiene todo: dinero, estatus social, novia... y mujeres hechizadas por su atractivo qu...