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Lisa
Estiraba mis piernas para prepararme para correr cuando noté una imagen que me cautivó, era Jennie con uniforme de porrista cruzando el campo para ir con las demás. Había pasado una semana desde lo de la cascada y la llegada de Jisoo, yo aún no podía obtener su número pero aún lo intentaba.
Hablando de Jisoo, ella estaba actuando algo extraño. Parecía estar siempre alerta, lo cual me preocupaba un poco, le estaba costando adaptarse a la escuela y estaba llamando la atención con sus intentos de no matar a alguien. Jisoo no era la persona más tranquila pero si sabía controlarse si era necesario, es como si durante el tiempo a solas en Inglaterra le hubiese pasado algo.
- ¿Vienes? - La entrenadora llamó mi atención, asentí rápidamente
La entrenadora tenía claro que resistencia física tenía, así que trabajabamos mi velocidad lo cual me permitía liberarme un poco más cada día. Ambas ganábamos, ella aumentaba su ego y yo podía correr un poco más rápido.
-Ya sabes que hacer. - Yo asentía mientras veía a lo lejos a Jennie. Me preparé en la línea de comienzo.
Ella hizo sonar su silbato y no me demoren correr hacía la meta, aún tenía que controlarme pero que sabía que había mejorado mi marca.
-¡Cuidado! - Me giré y logré reaccionar a tiempo para atrapar el balón de fútbol americano antes de que la entrenadora resultase golpeada.
- Buenos reflejos. - Murmuró la entrenadora.
- ¡Lanzala! - Noté que era el novio de Jennie, ¿Acaso ni siquiera le preocupa que casi golpea a alguien?
- Se toma así, ¿No? – Le pregunté a la entrenadora acomodando mis manos sobre el balón, ella asintió. - ¡Allá va! - Grité tirando el balón, el cual terminó impactando en el estómago del chico.
- Mis padres eran deportistas y ya sabe, mi padre siempre deseó un niño. - Mentí, mi padre siempre quiso una chica sobretodo luego de que tuvieran 4 chicos antes de mi nacimiento. Pero Jin había inventado esa excusa para cuando estas cosas pasaran.
-¡Eh, tú. Haz golpeado a uno de mis jugadores más decentes! – Gritó el entrenador del equipo de fútbol. Él se acercaba a paso decidido a mí. - ¿Cuál es tu nombre?
- Lisa Manobal. - Dije indiferente, sabía que no había un motivo para castigarme pues fue un "accidente".
- ¿Quién diablos te enseñó a lanzar así? – Miré a la entrenadora que miraba asesinamente al entrenador.
- Aléjate de ella, Charles. Ella es mi jugadora. - Sabía que esto iba a terminar peor que las cruzadas así que decidí volver al punto de partida para poder correr un poco más.
-¿Lo has hecho intencional?
- Fue un accidente. – Murmuré sin verle, estaba pendiente de la línea de meta, pero ella se puso al frente con sus brazos cruzados. – Jennie, apenas sé jugar fútbol americano, fue un accidente. En Inglaterra apenas y se practica este deporte.
