Parte 42

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Me levanto deprisa de la cama al escuchar tales palabras del señor Coleman.

Acaba de decir que Ethan los delató con los federales, eso significa que Liam se equivocó, no tenía ideas tan egoísta como él pensaba. Pensó correctamente.

Kendall me mira, sus ojos ahora están  sumergidos en mi rostro. Sé que en estos momentos trata de estudiar mi reacción. Y ahora estoy haciendo una fuerza sobre humana para no brincar y gritar victoria.

Muerdo mi labio inferior para contener una sonrisa. Kendall al parecer se ha dado cuenta de lo que hago, porque ha entrecerrado los ojos y luce disgustado.

Él toma a su tío por el hombro.

—No es el lugar para discutir —Kendall mira a su tío fijamente y luego guía sus ojos a mí.

Su tío imita su acción, y me mira por unos largos segundos.

Me estremezco cuando sus ojos fríos barren la extensión de mi cuerpo, entrecierra la vista.

—Tienes razón, me deje llevar por los impulsos —este declara con voz dura y pasa sus manos por sus cabellos entrecano.

Kendall solo asiente y salen de la habitación, pero antes de Kendall salir me ve por última vez.

Yo sin embargo no me quedo parada mucho tiempo sin hacer nada, voy al baño a la velocidad de un rayo y me quito la pijama, me amarro todo el cabello en un moño alto y me propongo a dar una ducha rápida. Sin perder mucho tiempo me cepillo y enjuago mi boca.

Salgo del baño en una toalla enrrolloda a mi cuerpo, me seco con prisa y me dirijo al armario, tomo unos jeans ajustados, un abrigo de tela delgada y unos zapatos deportivos, elijo que ropa interior usaré y todo me lo pongo envuelta en mi nube de desesperación. Con solo pensar que Ethan está haciendo todo lo posible para hundir a el tío de Kendall me emociona y me aterra al mismo tiempo.

Luego de vestirme me hago una coleta alta bien elaborada. No lo pienso dos veces para salir de la habitación, tengo que encontrar a Liam, debo revisar cómo está y decirle lo que está pasando, corro por el pasillo, me topo con algunos hombres, pero no me prestan atención, al parecer el asunto de que Ethan a delatado al mafioso de su jefe los tiene desorbitado.

Llego a la habitación donde han hospedado a Liam y me estremezco al ver a Kendall salir de la habitación. Su mirada se topa con la mía y me paro en seco, una corriente fría me pincha en el estómago.

Él luce algo molesto y rabioso.

—¿Qué rayos haces aquí? —pregunta con los dientes apretados.

Al parecer mis pies echaron raíces en el piso que no me muevo. Y al parecer a mi boca la han cocido que no digo nada.

Kendall se acerca a escasos centímetros de mí y me toma con fuerza del brazo.

—Vete a la habitación y no salgas de ahí —me ordena con rudeza.

Kendall me empuja para caminar, pero esta vez si reacciono, no pienso irme sin ver a Liam y comprobar su estado, no quiero ir a estar como una presa y morirme de la angustia sin saber nada de Liam.

—¡No! —me salgo de su agarre.

Y me echo hacia atrás. Kendall se gira y me encara molesto. Arrojo el miedo a un pozo profundo y lo encaro.

—No me iré sin ver a Liam, tengo que ver cómo está —le respondo firme.

Kendall me ve impasible.

—No, vete a la habitación —vuelve a ordenarme.

Me cruzo de brazos. Hacemos una batalla de miradas. Él luce ahora mismo intimidante. Pero tomo fuerzas para no apartar la mirada. Kendall se cansa rápido de eso, y me toma del hombro y me obliga a caminar a la fuerza.

Sobreviviendo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora