No se que tiempo ha pasado desde que estoy sentada aquí, solo sé que el dolor que siento en mi corazón es grande, tal vez nunca se borré.
Veo desde el balcón a las personas pasar, y aprieto contra mi pecho la fotografía que llevo de mi hija cuando tenía cinco años, cierro los ojos y dos gruesas lágrimas caen a mi pecho.
Siento que lo he perdido todo, que nada tiene sentido, no hay nada que valga la pena. Ni siquiera este bebé que llevo en el vientre. Quisiera sentir felicidad porque voy a ser madre nuevamente... pero es que de verdad no puedo.
Un pequeño gemido abandona mis labios y el llanto que viene después de eso es incontrolable, aunque lloro en silencio no lo puedo detener. Si tan solo pudiera devolver el tiempo.
Si pudiera arreglar las cosas, pero es demasiado tarde, no hay nada que pueda hacer. Lo arruine todo, jamás podré perdonarme a mi misma.
Levanto la cabeza, y pasó mis manos por mi rostro para limpiar el agua que ha mojado mis mejillas, me ajusto el abrigo mucho mejor, la noche de hoy está fría.
—Letty... —la voz de Williams llega a mí.
Suspiro por hacerlo y giro la cabeza para verlo parado desde la puerta del balcón, veo que viene con su bata echada a los hombros, y con una postura despreocupada me mira un poco molesto.
—Te dije que no es bueno que dejes que la tristeza te consuma —habla en un tono amable, pero que puedo sentir el filo en sus palabras.
Yo solo asiento. Y vuelvo a mirar a la calle.
Escucho un sonido exasperante. Luego escucho un fuerte sonido en la cocina, eso hace que me levanté de la silla y aprieto el cuadro aún más a mí, entro a la cocina y veo a Williams con las manos en la mesa de cerámica, su cabeza está baja. Después se aleja de la mesa y empieza a desabrochar la camisa de manera brusca, mientras lo hace veo fuego en su mirada, está molesto sus fosas nasales se contraen.
—Sabes que el médico dijo que esto es malo para ti, debes recordar que estás en amenaza de aborto —dice tenso
Yo lo miro seria.
—Lo se, pero no puedo superar esto así porque sí, mi hija murió, debes entenderlo —murmuro.
—Letty lo entiendo, pero ya ha pasado meses, y debes ver hacia adelante. Tienes que enfocarte en nuestro hijo —me dice mientras se saca la camisa.
Él comienza andar, y yo le sigo. Entra en nuestra habitación y avienta molesto la camisa en la canasta de la ropa sucia.
—No lo entiendes, una perdida de un hijo no se supera nunca. Es algo que deja una inmensa herida que nadie puede sanar, y si se sana, aún queda una cicatriz que se quedará para siempre —digo desesperada.
Williams suspira cansado.
—Sí, pero si no te cuidas perderás a dos hijos, Letty. No estás comiendo adecuadamente, no estás durmiendo bien, te la pasas llorando, a puros pleitos hago que te tomes tus vitaminas y medicamentos que debes llevar, te estás comportando como si no quisieras a nuestro hijo —la voz de Williams se tiñe de preocupación.
Me quedo en silencio, Williams se acerca a mí, levanto la cabeza para ver si rostro ya que es alto, su abdomen firme y fuerte rosa mi pecho. Sus manos van a mis brazos, y los acaricia con ternura.
—Ya nada se puede hacer por una muerta, pero este hijo que llevas, crece dentro de ti, ahora debes cuidarlo amor —me dice.
Williams acerca su rostro para besarme, en el momento en que sus labios van a rozar los míos me aparto. Le doy la espalda a Williams.
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Sobreviviendo a ti
Подростковая литература(Segunda parte de Aléjate de mí) Deje que hiciera conmigo lo que se le antojo, hizo con mi vida un infierno, alejó a mis seres queridos de mí... mató a la persona que amo y ahora, dice que soy suya. Pero lo que él no sabe es que aprendí a jugar su j...