Parte 4

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En esos momentos mi corazón latía furioso, quería estar lejos de Kendall, su cara estaba más allá de estar furiosa. Miraba aquellas fotos con asco, odio y repulsión. Era como si tratará de entender cómo demonios llegaron esas fotos a mis manos.

Mi rostro todavía picaba por el ardor de su golpe, no pude contener las lágrimas que empañaban mis ojos.

─¿¡CÓMO RAYOS OBTUVISTE ESTO!? ─la voz de Kendall tronó por toda la habitación.

No sabia cómo contestarle. Llegue aquí sin nada, es obvio que alguien debió de dármelas. Dios mio he liado a Ian en un gran problema.

─¡¿No me dirás nada?! ─Kendall insistía.

Mi respiración era irregular y agitada, no sé qué demonios voy hacer para salir librada. Segundos más tarde, Kendall me tomó del brazo con fuerza haciendo que me levantará de un tirón. Cerré los ojos mientras rezaba para que Ian no saliera perjudicado.

Kendall se dirigió a la puerta y empezó a gritar como loco en los pasillos.

─¡Ian, Barbara, quiero que vengan aquí!

Me pare derecha y mire a Kendall con los ojos empañados de lágrimas. La mirada que él me dirigió  fue de pura hostilidad, segundos después Ian y Barbara entraron a la habitación.

Todo el ambiente estaba tenso, Ian y Barbara se mostraban algo confuso entre sí. Kendall cerró la puerta con un golpe que los tres dimos un salto.

─Ante que todo... ─Kendall  comenzó─, quiero la verdad porque sí no, alguien va a resultar muy mal, aunque si me dicen la verdad aun así alguien resultará muy mal ─Kendall rió cínico pero enojado.

Mire a Ian temerosa de que él resulte muy mal.

─Díganme... ¿cómo rayos esta porquería llegó a las manos de Lady Di?... ─Kendall dio círculos entre barbara e Ian, aunque se veía a leguas que la pregunta iba más a Ian que a Barbara.

Kendall mostró las fotos a sus interrogantes. La cara de Barbara no mostró reconocimiento alguna, pero la de Ian era diferente, él si mostró reconocimiento alguno.

Kendall se posó al frente de ellos dos, mirándolos fijamente. Aunque Kendall se mostraba hostil, Ian se calmó, era como si no quisiera mostrar miedo ante Kendall.

─No creo que tú, Barbara seas la que le hayas dado esas fotos a ella ─Barbara suspiro de alivio─, las únicas personas que pisaron la casa de Javier, fueron Sam, Jace e Ian ─Kendall posó su mirada en Ian─ tú tienes más cercanía con Lady Di que Sam y Jace, en ningún momento ellos se han acercado a ella o han entrado a está habitación.

Ian miraba fijamente a Kendall, no se veía temeroso, no temblaba o se mostraba nervioso.

─Señor yo...

Pero antes de que Ian diga algo más, Kendall atestó un puñetazo a su rostro, eché un pequeño grito de terror y sorpresa, Ian cayó al piso rápido, escupió de repente la sangre que emanó de sus dientes que de seguro rompió sus paredes bucales.

Ian se quedó en el piso, estaba aturdido, Kendall aprovechó y le propino una patada en sus costillas.

─¡Eres un maldito! ─le gritó mientras le daba otra patada─ ¡Ahora verás traidor de mierda! ─Kendall buscaba algo entre su cinturilla.

Reaccione cuando lo vi hacer eso, con prontitud me interpuse entre Kendall e Ian. No podía permitir eso, no puedo dejar que lo dañe de esa manera, es mi culpa.

─¡No! ─grite con desespero.

─Quítate del medio ─Kendall habló con los dientes apretados.

Sobreviviendo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora