Día 23

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Bien, digamos que los siguientes meses fueron un caos total. Sí, soy yo, la que te escribe esta nota al final de las páginas.

Me temo que ya no tengo tanto tiempo, que no creo poder contarte la historia de mi vida de la manera en que lo desearía. El tiempo me vuelve a jugar en contra, sin embargo, intentaré leerte las cosas más importantes en este tiempo.


Selene

Enero, tal vez si sea el inicio de algo, el inicio de una nueva etapa que no sé controlar.

La escuela estaba completamente enfocados en los de último año, algunas universidades llegaron para dar una que otra charla, algunas iban a buscar estudiantes que supieran algún deporte. algún arte, algo que les sirviera.

Todos estábamos en el gimnasio, escuchando las palabras de motivación del director, decía que la vida era una sola, que debíamos disfrutarla al máximo, que muchos nos mudaríamos, que esta era una nueva etapa en nuestras vidas. Y así toda la mañana.

A mí lo único que me interesaba era salir de ese sitio. Mamá ya se había olvidado de mi existencia de nuevo, lo que significaba que ya podía asistir con Alba. Por las tardes, mi rutina volvió a ser la misma. Salir del instituto, ir con Alba, una vez cada quince días, y si no debía asistir, pasaba mi tiempo con Eithan, el aquel terreno baldío que le enseñé o en el callejón lleno de grafitis.

—¿Quieres dibujar algo aquí? --preguntó Eithan, lo vi a los ojos con una sonrisa.

—¿Qué cosa?

—No lo sé, pensemos en algo, un pingüino, una sombrilla, no sé, no tengo mucha imaginación.

—Acabo de encontrar una canción, me gustó, intentemos dibujarla como aparece en Spotify —dijo Eithan.

—¿Qué canción es?

—Se llama— sacó su teléfono y me la mostró— "De cero" Morat— su sonrisa se ensanchó.

—El ritmo me está gustando, hagámoslo.

La canción siguió sonando de fondo, y nosotros buscamos un pequeño espacio para hacer el dibujo inicial.

Eithan era muy bueno dibujando, dibujó la foto, escribió el nombre de la canción y yo empecé a pintarlo.

No era muy buena en ello, pero lo intenté, Eithan tarareaba la canción en voz baja.

Las canciones te parecen simples hasta que le prestas atención a la letra, incluso al título.

—Es una canción dolorosa—opiné, me detuve de pintar.

—Habla sobre dos personas que tuvieron que separarse por el daño que se hacían, se perdieron, pero uno de ellos aún guardaba la esperanza de que la otra persona regresara, y le dice, que si regresa, ya no tendrá la necesidad de empezar de cero, él ya la conoce a la perfección, a menos de que se olvide de él—me explicó viéndome a los ojos.

—¿Por qué las personas que se aman tienen que separarse?

—A veces tienes que curarte primero, lo hermoso de esta vida lleva un trabajo detrás, y pueden pasar años, pero valdrán la pena porque entonces ya puedes amarle sin miedo a perderle y sin hacerle daño.

—Odio al destino a veces—opiné.

—Yo también, pero hay cosas que no podemos controlar, el dolor es una de esas cosas—siguió pintando, hasta que se giró para verme y cantó aquella frase que entendí y dolió.

—Ya no tendremos que empezar de cero, porque tú fuiste mi punto y aparte. Sé exactamente cuando darte un beso y cuando ahorrarme un beso para ir a abrazarte—cantó. No pude sostenerla la mirada.

Realidad LIBRO II ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora