Día 20

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Eithan

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Eithan.

Era de noche, mi teléfono comenzó a sonar mientras cenaba con mis hermanos.

Me sentí confundido cuando vi el número desconocido.

—Ahora vengo— avisé, ninguno me prestó atención, ellos se quedaron apostando sobre quien ganaría en el programa que se mostraba en la televisión.

Terminé de tragar lo que tenía en la boca. Me alejé hasta llegar a las escaleras y contesté.

—¿Hola? —en mi voz había duda, al otro lado de la línea escuché un suspiro cansado. —Hola — volví a hablar, ahora un poco más serio y fuerte.

—Eithan, hola, lamento haberte llamado, pero...— y se hizo el silencio, conocía esa voz, pero mi mente aún no recordaba por completo de dónde.

Hasta que supe de quién se trataba.

—¿Señora Jones?

¿Por qué la madre de Selene me llamaría a esta hora?

—Ella no estaba bien y no sé como ayudarla, es solo que... — sus ideas estaban confundidas, en sus palabras había una mezcla de dolor y cansancio.

Y en mi mente se reprodujo uno de los peores escenarios, el alma se fue de mi cuerpo por unos segundos.

—¿Selene está bien? ¿Le pasó algo? —pregunté preocupado, tomé las llaves de la casa decidido a salir.

—La he encontrado bajo la regadera, tirada en el suelo...

—¿Qué?— tuve miedo.

—Está bien, pero estaba llorando, su rostro estaba pálido, sus manos y labios eran lilas y sus rodillas tenían un poco de sangre. —volví a respirar.

—Un ataque de pánico—dije.

—¿Puedes venir? No soy buena en esto, ella no me quiere a su lado, pero sé que a ti sí...

—¿Ella quiere estar acompañada?—pregunté.

—No lo sé, me sacó de su habitación— suspiró.

—Voy para allá— y colgué la llamada.

Regresé a la cocina. Todos me vieron.

—Voy a salir, regresaré temprano lo prometo. — Nora asintió.

—Adiós, Eithan— dijeron al unísono.

Tomé mi chaqueta negra y troté bajo la fría noche, había pocos coches y el silencio era relajante.

Al llegar, toqué la puerta. La señora Jones la abrió.

—Pasa— dijo. Entré poco a poco.

—Permiso— musité.

Realidad LIBRO II ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora