12: Mejilla ardiente

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Después de aquello decidí irme a casa, Nayeon insistió en acompañarme pero no quería ser una molestia, además, necesitaba hablar con sana, contarle todo lo que había sucedido.
Alargué mi dedo hasta mis labios y sonreí, parecía un sueño, un sueño de aquellos que despiertas con una sonrisa dibujada en los labios, un sueño de esos que parecen irreales.

-¡Mina! Ya me estás contando que tal ha ido en ru "cita"-sonreí de lado.

-Fuimos a comer a un sitio, comimos batidos con patatas fritas -reí. -Estuvo realmente bien, hablar con ella es maravilloso. -

-¿Luego? -

-Me llevó a la playa y nos sentamos en la arena, fue precioso Sana. Era como si todas mis preocupaciones se marcharan. -

-Me alegro tanto por ti Mina -

-Además...-estaba nerviosa-Nos besamos. -

-¿Qué? ¡Tendrías que haber empezado por ahí! -

-B-Bueno-reí nerviosa.

-Entonces...eso significa que a ella también le gustas. -

-No sé, estoy algo confundida, nunca había sentido nada igual. -

-Tu solo confía en ti en lo que te dice tu corazón. Lucha contra tus inseguridades. -

-Gracias Sana -sonreí agradecida. -Estoy a punto de llegar a casa ¿Luego hablamos? -

-¡Claro! Nos vemos Mina. -

Colgué para abrir la puerta de la mansión. Crucé por el camino de árboles verdosos hasta llegar a la entrada, abrí sin hacer mucho ruido. Mi padre estaba apoyado en la pared, mirándome seriamente.

-Mina ¿Dónde estabas? -

Tragué saliva y desvié la mirada. -Con una amiga. -

-El lunes acabas los exámenes finales, es un día muy importante ¿Lo sabes, no? -

Agaché la mirada. No quería hablar de exámenes, quería hablar de otras cosas con él.

-Papá ¿Podemos dejar de hablar de exámenes o estudios durante unos minutos, por favor? -

Él pareció sorprenderse ante mi pregunta, frunció el ceño y me miró con severidad.

-Mina, eres un genio, has de aprovechar tus cualidades para llegar a lo más alto, para tener un buen futuro. -

-No quiero ser un genio, no quiero llegar a lo más alto, papá. -

Apreté los puños, él me miró sorprendido, ajustándose sus gafas en el puente de su nariz.

-¿Qué quieres decir? -

-No quiero ser como ustedes. Quiero ser libre, tener otras oportunidades -miré fijamente tragando saliva. -Quiero volver a tocar el piano, quiero estudiar música -

Desde que vi a Im Nayeon por primera vez la música cambió mi forma de ver las cosas. Recordaba su pelo moviéndose, sus ojos brillar y finas gotas de sudor cayendo por su rostro. Mi padre soltó una carcajada, una carcajada desagradable y sarcástica.

-Debes estar bromeando, Mina -

-No bromeo, papá ¿Nunca te has preguntado si todos estos años he sido feliz? -

-Mina, tienes de todo. Dinero, ropa, amigas, una mansión... ¿Qué más quieres? -

-¡No es eso papá! -

Sus facciones cambiaron, parecía enfadado pero a la vez disgustado, como si en el fondo le preocupara mi estado. Él suspiró, cerró los ojos y volvió a mirarme.

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