18: Cigarrillos

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Me encontraba en el balcón del apartamento fumando un cigarrillo. Respiraba aquel humo y dejaba que saliera una y otra vez. Era lo único que conseguía relajarme del todo.
 
El cielo estaba oscuro. Lo único que decoraba aquel cielo eran algunos aviones, la luna llena y algunas estrellas resplandecientes.
 

-¿Un mal día? -
 
Aquella voz significaba que mi amiga había llegado. Ambas éramos conocidos y Momo me permitió dejarme en su apartamento los días que pasara en Japón.

 
-Horrible. La he cagado completamente -
 

-¿Qué ha pasado? -
 
Suspiré, apagando el cigarrillo en el acto.
 

Nayeon nos había reunido en la tienda de su abuelo aquella tarde. Según ella tenía que hablarnos de un tema.
 

-¿Qué les parece? Tal vez dentro de unos años podría unirse -
 

Tendría que haber supuesto que nos iba a hablar de aquella chica perfecta de la que se había enamorado. Últimamente no hablaba de otra cosa.
 
Como era de esperar a Jihyo le pareció bien, también a Dahyun, incluso a Chaeyeong. No lo entendía.
 

-¿Por qué todos quieren a esa chica? -
 

Le había prometido a Nayeon que se disculparía con ella y que se había equivocado. Pero no podía evitar odiarla. Aquella chica había conseguido enamorar a la chica de la que me he enamorado.
 

-¿Tú que opinas Jeongyeon?-
 

Estaba ilusionada, le brillaban los ojos. En aquel momento apreté los puños. No quería, no quería que se uniera al grupo.
 

-No quiero que se una. Ahora ni nunca -
 

Noté como su corazón se rompía en pedazos al oír aquello. Supe que la había herido.
 

-Es una locura Nayeon, ¡Aprende a dejar tus putos sentimientos de lado! -
 

-No entiendo porque no te cae bien, joder. No te ha hecho nada malo ¡Admite que podría estar perfectamente en la banda con más práctica! Además, te estoy hablando de unos años -
 

-No voy a admitir nada. Al principio lo dejé pasar, pensaba que te olvidarías de ella y seguirías como si nada -
 

-¿Cómo pensaste eso?
 

Me dolía. Me dolía mucho. Había intentado olvidarla, lo había hecho. Incluso pensé que podría llegar a tener algo con Momo, pero aquellos estúpidos sentimientos no desaparecían.
 

-Estamos bien sin ella.
 

-Necesitamos una pianista ¿Por qué mierda no quieres aceptarla? ¿No puedes ser una buena amiga? -
 

-¡No lo sé! Tal vez porque soy una idiota enamorada de alguien que nunca le va a corresponder -
 

Sinceramente, no me acuerdo mucho de lo que ocurrió después. Solo sé que después de gritar durante un tiempo salí corriendo de la tienda seguido por la mirada decepcionada de mi propia banda.
 

-Deja de fumar, esa mierda no va a hacer que la situación mejore -
 

Momo suspiró, colocando ambas manos sobre mis hombros. Aquello consiguió relajarme durante unos segundos.
 

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