2: Tu partitura

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Al despertar recordé que era sábado, mis padres llegaban hoy de su viaje. Había soñado con aquella chica, y con aquel concierto. Lo tenía grabado en mi cabeza, como un video  que se repetía una y otra vez. Cogi mi teléfono móvil y decidí hacer algo que muy pocas veces hacía: mirar mis redes sociales.

En cuestión de segundos había encontrado su página de Instagram. Tenía millones de seguidores, sus fotografías eran de sus conciertos, con amigos o con su banda. Parecía una persona muy natural, una persona verdadera que disfrutaba con aquello que tenía. La admiraba, Inconscientemente aquello me llevó a ver más imágenes de ella. Internet era como una telaraña inmensa, por esa razón no me gustaba. Después de unos minutos dejé el teléfono sobre la mesa, era mejor olvidarlo, solo había sido un concierto, era mejor olvidarme de todo aquello y concentrarme en mis estudios. Comencé a hacer los
deberes que mi profesor nos había mandado, pero al instante fui interrumpida por una llamada.

—¿Hola?—

—¡Mina, Mira el perfil de Nayeon!, ¡Salimos en la fotografía que ha subido!.—

—¿Eh?—

Sana siempre era muy energética. Sin
pensarlo dos veces abrí su perfil de nuevo y miré la fotografía.

¡Muchas gracias Japón! Fue una noche increíble gracias a vosotros.

La fotografía era un plano general del
concierto, se nos podía ver a sana y a mi en primera fila. Sonreí. Mi dedo se deslizó al botón de seguir. Suspiré nerviosa. Era una seguidora más, no tenía que darle tanta importancia.

—Solo es una fotografía ¿No?—

—¡Yo estoy muy emocionada!—

—Gracias por llevarme sana, fue una
gran experiencia— sonreí.

—¡De nada!—

Apagué el teléfono y acabé los deberes.
Bajé a comer algo, no tenía mucha hambre. Cuando estaba pensativa me gustaba salir a dar un paseo por el centro, me gustaba observar a las diferentes personas pasear. Japón siempre estaba lleno de gente, por eso me gustaba ir a la zona menos comercial, había pocas tiendas pero menos gente. Así que decidi ir sin darle más vueltas, necesitaba tranquilidad.

—Señorita, ¿Le gustaría pasar y mirar
nuestros productos? Sería de gran ayuda.—

Un anciano de ojos esperanzadores me
miró. Tenía una gran sonrisa en el rostro. Sonreí y miré la tienda. Era una tienda de música, parecía acogedora.

—Por supuesto, muchas gracias.—

Pasé sin pensármelo mucho, nunca
había entrado a una tienda de música.
Sabia tocar el piano gracias a mis padres, pero aun asi siempre había sido en casa. Era muy bonita, todo estaba lleno de instrumentos y las paredes estaban decoradas con partituras.

—¿Ve algo de su gusto?—El anciano me miró, parecía que era la única persona en la tienda. Yo sonreí, me daba mucha
dulzura.

—Todo es muy bonito, pero no sé
exactamente que estoy buscando.—

—¿Qué instrumento le gusta?— Le miré pensativa,nunca nadie me había hecho aquella pregunta.

—Toco el piano, bueno, más bien tocaba.—

—¡Eso es fantástico! ¿Podrias tocar algo?—

El anciano parecía emocionado. Asentí nerviosa, no podía decirle que no, me señaló un piano que se encontraba al final de la tienda, era grande y de madera, estéticamente era precioso. Me senté en el banco y coloqué mis dedos sobre las teclas. Por suerte, gracias a mi capacidad memorística recordaba muchas canciones clásicas de las clases que tomaba con mis padres.

Tu Partitura [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora