17: Delantal rosa

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Decidí llamar a Mina para saber si sus padres le habían permitido ir a cenar. Tenía las esperanzas altas y esperaba que estos hubieran accedido, aunque pensaran que yo era una simple amiga.

-Minari, ¿Qué te han dicho? -

Estaba ciertamente nerviosa. No conocía a sus padres pero ya imponían.

-Me han dicho que sí -sonreí -He hablado con mi madre, y luego ella ha convencido a mí padre diciéndole que en realidad íbamos a estudiar toda la noche.

-Eso es genial, me alegro de que te hayan dejado -

-Estoy algo nerviosa -una risita se oyó al otro lado de la línea.

-Tranquila, ahora te paso la ubicación Por mensaje -

-Allí estaré, nos vemos en uno minutos -

Colgué. Aproveché para mirarme en el espejo. Tenía que arreglarme y recoger un poco mientras mis padres cocinaban. Estaba segura de que Mina llegaría puntual.

Cogí uno de mis conjuntos favoritos del armario: una camiseta abotonada y una falda negra. Sonreí al verme en el espejo de mi habitación.

-Nayeon, la cena ya está casi lista, ¿Qué tal estás? -

Miré a mi padre, llevaba un delantal de color rosado y algunas manchas de tomate en el rostro. Solté una carcajada.

-Papá, te queda de maravilla ese delantal -

-¿verdad? -

Él sonrió orgulloso mientras yo no podía dejar de reír.

Ambos nos dirigimos al salón a preparar la mesa mientras mi madre acababa de dar los últimos retoques a la comida.

-¿Al final que habéis preparado? -

-Maccheroni al pomodoro, parmigiano e origano  -dijo él en un tono elegante y con un acento italiano pésimo.

-¿O sea, macarrones con tomate, parmesano y orégano? -

-En italiano suena mucho más elegante, hazme caso -

Mi padre era todo un caso. Sonreí ante sus palabras mientras seguía colocando los platos.

Mi casa no era demasiado grande, pero era acogedora y reconfortable. Amaba la pequeña chimenea del comedor, su calidez siempre conseguía relajarme. Tenía dinero de sobra, después de todo era una cantante de fama mundial, pero siempre me habían gustado más los lugares pequeños.

Cuando acabamos el timbre sonó, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Tenía que calmarme. Me dirigí y abrí la puerta.

-Minari -

La miré, estaba preciosa. Llevaba un vestido de color blanco con detalles dorados, ni muy elegante ni casual, un intermedio. Su cabello estaba suelto y desprendía un cierto olor a vainilla.

-Buenas noches, Nayeon -mis padres se encontraban detrás -Buenas noches señores Im. Muchísimas gracias por invitarme a su hogar. Sé las molestias que conlleva preparar una cena, así que espero no haber sido de mucha molestia y poder disfrutar hoy todos juntos. -

Mis padres se miraron entre ellos por la gran educación y sinceridad en sus palabras. Ninguno estábamos acostumbrados a tal educación.

-No te preocupes Mina, pasa. Es un placer que estés aquí -

Mi madre sonrió. Le había gustado. Miré a mi padre, se le había olvidado quitarse el delantal rosa.

-Oh, me gusta su delantal señor Im. Combina muy bien ese color rosa claro -

Tu Partitura [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora