33: Mimando a Lucía

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1 mes despues

La barriga de Lucía comenzaba a notarse al igual que los primeros síntomas de su embarazo y eso significaba que tendríamos que decirles pronto a sus padres. Había encontrado un trabajo en una cafetería en la cual ganaba mucho más de lo debido gracias a Raquel, la madre de Soledad quien cabe recalcar que casi llora más que yo cuando le dijimos la sorpresa, quien tenía muchas de esas cafeterías por todos lados, le había comentado lo que me sucedía y ella como mi segunda madre me ayudó en todo momento. Mis padres se extrañaron cuando les conté que quería trabajar, pero no era el momento para decirles lo que me sucedía, o lo que le sucedía a Lucía en realidad. Ella y yo teníamos un plan descabellado y peligroso, mudarnos a su viejo apartamento el cual tuve que obligarla a que me dejara ayudar a pagar y decirles a nuestros padres sobre su embarazo hasta que yo estuviera segura de que Rodrigo no me cortaría la polla y no me dejaría entrar a su casa. Lucía ya se encontraba viviendo en el apartamento pues sus padres confiaban en ella e iba a verlos prácticamente todos los días.

-¡Amor estoy aquí!- Le avisé subiendo las escaleras hacia su habitación, ahora la mayoría del tiempo lo pasaba con ella ahí sin que nadie más que Soledad y Mariana lo supieran

-¡Amor!- Estiró sus brazos hacia mi con un adorable puchero en sus labios cuando abrí la puerta de la habitación, últimamente estaba más cariñosa y pegajosa de lo normal pero estaba claro que era por el embarazo más que todo y no me quejo en lo absoluto, mimarla y cumplir sus antojos es lo que más amo en el mundo

-¿Como están las personitas mas importantes de mi vida?- Besé sus labios suavemente para luego subir su camisa y dejar otro beso en el pequeño bulto que apenas comenzaba a notarse

-Perfectos ahora que volviste- Comencé a rozar mis nariz en su cuello como le gustaba escuchando un suspiro de su parte

-Amor... quiero una cosa- Tomó mis mejillas con sus manos viéndome fijamente a los ojos

-Quiero galletas, y helado, mucho helado, de galletas- Besó la punta de mi nariz rápidamente con su carita seria sin soltar mis mejillas, cosa que me hizo reír y morir de ternura al instante

-Lo que tú quieras mi amor- Sonrió en grande mientras yo besaba su mejilla repetidas veces para luego bajar las escaleras hacía el refrigerador en el cual había dejado los cosas que Lucía me pidió, sabía que lo haría, todo lo relacionado con galletas se había vuelto su antojo preferido, tomé la comida y volví a subir. Enseguida me acosté a su lado y no pasó ni un segundo para que ella pusiera su cabeza en mi pecho y mi mano en su cabeza sabiendo yo exactamente lo que quería, amor.

Tomó el helado junto con la cuchara empezando a devorarlo causandome algo de miedo, el embarazo si la estaba afectando

-Dame besitos como me gustan bebé- Dijo con voz aniñada a la cual no me podía resistir por más que quisiera, empecé besando su cabeza, de ahí pasé a sus mejillas, su nariz y por ultimo a su frente que era el lugar donde más le gustaba para luego tomar sus labios en un dulce beso expresando todo el amor que sentía por ella, pasaba sus dedos contorneando mis labios a medida que se hacía más intenso sin pasar a nada brusco ni desesperado

-Ahora bebe, quiere que mi amor le de sus besitos también- Repetí de la misma manera que ella lo había hecho y enseguida comenzó besar mi cuello de manera inocente y a abrazarme fuertemente mientras lo hacía y me encantaba que lo hiciera, era hermoso poder pasar momentos así con ella y estaba eternamente agradecida por el hijo que ella iba a darme

-Mañana tenemos que ir al Obstetra- Lucía ya había ido al ginecólogo el primer mes cuando aún nadie sabía y tendría una cita con el obstetra mañana

-¿Vendrás conmigo?- Preguntó con un brillito en sus preciosos ojos

-Es claro bonita, es mi bebé también.-Fruncí el ceño

-Es que... me pone muy feliz que te lo hayas tomado tan bien que me es difícil creerlo ¿Qué quieres que sea?- Mirando a la nada con una sonrisa somnolienta comenzó a acariciar el pequeño bulto donde crecía nuestro bebé

-Quiero una niña, y no dudes de mi, amor, siempre estaré contigo- Besé su frente y acaricié sus cabellos con mis manos mientras poco a poco caí rendida en el sueño

-Yo también...- Fue lo último que logró decir antes de dormirse profundamente, gracias al embarazo dormía bastante más ahora. No sé cuanto tiempo pasé admirandola antes de unirme al sueño con ella, pero lo que si sé es que pasé todo ese tiempo pensando en como sería y llamaría una pequeña niña con los preciosos ojos de Lucía y todos sus rasgos, estaba enamorada de mi bebé que nisiquiera había nacido y del que no teníamos idea del sexo pero algo me aseguraba la preciosa niña que tenía en mi mente

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-Amor...- Un suave beso en mi oreja me despertó junto a un susurro, gemí molesta y vi la hora ¡Las tres de la puta mañana! Mis padres me van a matar

-¿Sí?- Intenté no sonar enojada, ella estaba embarazada y merecía ser tratada con toda la delicadeza

-Quiero tacos...- Y entonces pude asegurar que solo Alejandra León Rivera había sido vista caminar en una pijama de carritos con una bolsa de tacos en la mano a las tres de la mañana

Ʈᖾᥱ ᒐoᥴƙᥱɾ 18 📚 - Adaptación Luciale (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora