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—¿En donde estabas?

YoonGi dejo su bolso en el sofá y se giró a ver a su prometido, quien lo veía con los brazos cruzados.

—¿Trabajando?

—Fui a tu área, y no estabas.

—Creí que habías cambiado de turno.

—Si, lo hice, pero el compañero al que se suponía, iba a cubrir, regresó hoy, así que ya estoy yendo en mi horario correspondiente.

—Pero si apenas hoy me dijiste que harías cambio de turno.

—Pues siempre no.

—No estoy entendiendo nada.

—¿En donde estabas, YoonGi?

—Ya te lo dije, en el trabajo.

—Mientes.

—¿Ahora miento? —Preguntó YoonGi con incredulidad.

—Mire cuando te fuiste en el auto de ese tipo, ¿por qué?

—Porque me preocupo por su estado.

Respondió una voz detrás de ellos.  Ambos se giraron, encontrándose con Taehyung de pie ahí, detrás de la puerta.

—¿Qué haces tú aquí? —Preguntó Jimin, molesto.

—La puerta estaba abierta.

—Te hice una maldita pregunta.

—Vine a dejar estas vitaminas. —Respondió Taehyung, mostrando un pequeño envase entre sus manos —. Namjoon me encargo que las trajera para YoonGi.

—Gracias por preocuparte, pero no es necesario que lo hagas, yo me haré cargo de MI prometido.

—Lo siento, pero me temo que no podré hacer eso.

—¿Cómo dices?

—Exactamente eso, mientras tu prometido lleve al hijo de mi novio dentro suyo, todo respecto a él, y su seguridad me concierne.

—¿Crees que yo permitiré eso? ¿Te olvidas de quien soy?

—¿Y ustedes se olvidan de que no soy la propiedad de nadie y puedo tomar decisiones por mi mismo? —YoonGi hablo, captando la atención de ambos.

Taehyung lo observó detenidamente, en eso estaba de acuerdo.

—YoonGi...

—Él tiene razón.

—Tu cállate.

—Bien, ya que veo que la discusión va para largo, yo me voy. Honestamente estoy muy cansado y lo único que quiero es descansar en estos momentos.

—Tenemos que hablar, YoonGi. —Afirmó Jimin.

—Si, pero no en estos momentos. No me siento con la energía suficiente para hacerlo. —Respondió para dirigirse a la habitación.

—¿Ves lo que provocas? —Preguntó Jimin dirigiéndose hacía Taehyung, quien sólo le dedico una sonrisa ladina.

—Es de cobardes culpar a los demás de sus propios errores.

—Yo no hice nada mal.

—Y vivir en negación.

Taehyung se fue y Jimin suspiró antes de dirigirse de igual manera a la habitación que compartía con su pareja. Encontró a YoonGi acostado y envuelto entre las cobijas sobre la cama, ni siquiera se había cambiado de ropa, quedándose dormido apenas y había tocado la cama. Se quito la ropa, se coloco la pijama y se acostó a su lado, envolviendo su cuerpo en un abrazo. Evitando a toda costa tocar su ya no tan plano abdomen.
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—Buenos días.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó YoonGi confundido al ver a Taehyung detrás de la puerta.

—Te lo dije, vendré por ti para llevarte al trabajo.

—Taehyung, de verdad agradezco el gesto, pero Jimin me llevara.

—Entiendo.

—Si.

—Bueno entonces me voy. Si necesitas que te lleve un día o te traiga de regreso, ya conoces mi número.

—Creo que deje tu tarjeta en alguna parte de mi bolso, en realidad no lo recuerdo.

—Bien, entonces. —Finalizó Taehyung para irse de ahí.

—¿Quién era? —Preguntó Jimin detrás de él, secando su cabello con una toalla.

—Nadie importante, ¿ya estas listo?

—Si, creo que se terminará de secar en el camino. —Dijo, refiriéndose a su cabello.

YoonGi asintió.

—Vamos entonces, no quiero llegar tarde.

—No pasará nada con que llegues unos minutos tarde, YoonGi. Siempre llegas temprano.

—Y es por eso mismo que no he perdido mi bono de puntualidad.

Jimin rodo los ojos.

—Lo que sea. Te espero en el auto.

YoonGi respiró hondo, recordando que Jimin siempre había sido de esa forma relajada, y que eso no tendría que ser un motivo de molestia en lo absoluto.

Excepto que no hizo nada para evitar la sensación de malestar en la boca de su estómago.

Una espera equivocada ||TAEGIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora