☀️Cariño Astral [Sun/Moon]🌙

[capítulo 1]

-Pasado-

Era una mañana tranquila, el viento entraba por las ventanas del auto que se encontraba en movimiento, en camino a su nuevo destino. No hacía mucho calor. Un pequeño niño yacía dormido en la parte trasera en su asiento especial celeste que le gustaba tanto mientras, dos jovenes venían conversando en la parte de adelante.

—¿sigues creyendo que sea buena idea el mudarnos a Utah?, ¿y solos?—. preguntó Emily, ella dudaba que sería una buena idea. Había aceptado casi siendo forzada por unos ojitos de cachorro y súplicas del contrario.

—¿a quien más podríamos haber traído?, además ya está arreglado, sabes bien que vine primero solo para averiguar y conseguir un lugar para quedarnos. No tienes de que preocuparte—. le respondió un joven que no apartaba la vista del camino, pero que ni así le quitaba importancia a lo que su hermana menor le decía.

—de eso no me preocupo tanto... Antes si lo hacía. Pero lo que me preocupa ahora es si esto es bueno para Sam—. A la joven le preocupaba que el dejar a sus amigos y la vida cotidiana haya sido un cambio brusco para su pequeño hermanito, además que no sólo no sabia a donde se estaban dirigiendo, si no que fue el último en enterarse que iban a cambiar de hogar. A pesar de esto el infante seguía dormido plácidamente.

—no te preocupes princesa—, dijo esto tomando la mano de su copiloto. —Sam es muy simpático, logrará hacer nuevos amigos rápidamente. Lo inscribiremos en una escuela y lo cuidaremos juntos como siempre—. la miró por un momento dándole una sonrisa para reconfortarla. No le gustaba ver a su "pequeña" triste o preocupada.

—¿memi?—, dijo un pequeño susurro somnoliento, lo suficientemente alto como para apenas ser escuchado. Era el menor que se había despertado.

—tranquilo cariño ya no falta mucho, si quieres puedes volverte a dormir—. Emily quería mucho a sus hermanos, sobretodo al menor. Al verlo sentía que recordaba a sus padres. Se parecía a su padre y tenía los ojos de su madre. No podía evitar sentirse sentimental al verlo.

Le extendió la mano y este la tomó. —M-mi cumpe sea en uta?—. decía el pequeño Sam de tan solo 2 años. Estaba apunto de cumplir los 3. Emily se había olvidado de aquello, ya lo había planeado todo para celebrar su cumpleaños en lo que ahora era su antiguo hogar. Pero ahora, tendría que volver a planearlo.

—¡si baby!—, dijo el mayor haciendo que el pequeño desviara su atención a él, —¿y sabes?, te llevaré a un lugar especial—, decía con cierta entonación divertida para alegrar el ambiente. Él tenía una sorpresa para sus dos hermanos y esperaba con ansias el poder contárselo, en especial a su princesa, Emily.

—¿ahora que planeas Isaac?—, decía la chica arqueando una de sus cejas, dirigiendole una mirada de duda a lo cual él se dio cuenta.

—no se los puedo decir, es una sorpresa.¿No quieres arruinar la sorpresa de Sam, verdad?—, decía este, mientras veía por el rabillo del ojo a su hermana de una manera juguetona, solo quería generar curiosidad, lo que logró por completo.

(...)

—llegamos!—, dijo el conductor del auto blanco casi nuevo. Mientras la copiloto salía y se acercaba para cargar a su hermano, este estiraba sus brazos y sus piernas hasta que lanzó un pequeño suspiro.

—bien, Es... Una casa bonita—. ella no se lo esperaba, el color que llevaba esa a la que llamaría su nueva casa le gustaba mucho y más el como hacía contraste con los colores del cielo madrugador.

—¿Sam se quedó dormido?—, preguntó Isaac, a lo que la otra asintió con su cabeza. —vayamos adentro, un amigo ya me ayudó a amueblar un poco y me gustaría decirte algunas cosas.