Hayami la mayor de los Kamado, se separó de su familia para entrenar y protegerlos del peligro del mundo, sin saber que sería la última vez que los vería. Una nueva vida, nuevas personas, dos objetivos que la mantienen viva: acabar con los demonios...
(Acciones) [Intervenciones de la escritora] "Pensamientos"
* Posibles aclaraciones antes de iniciar un capítulo para evitar confusiones *
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Sensei
Narra la autora:
Esa misma noche, ninguno de los menores de la familia Kamado pudo dormir, estaban tristes por haber perdido a su padre. Así que Hayami decidió cantarles la canción de cuna que tanto les gusta a todos
Todos se acomodaron al rededor de su hermana para poder escucharla, segundos después ella comenzó a cantar, la melodía era hermosa, tranquilizó el corazón de todos en la casa y les permitió conciliar el sueño.
Al acabar la canción Hayami acomodo a cada uno de sus hermanos en sus respectivos futones y les dió un beso en la frente a cada uno, luego se acostó ella y a los pocos minutos el sueño la invadió
A ese ritmo pasaron 6 meses, Hayami ahora tiene 12 años. Además los más pequeños de la casa luego de la muerte de su padre se volvieron más apegados a Tanjiro y Hayami, siempre querían ir a cualquier lado con ellos
Aunque a Hayami le gustase pasar tiempo con sus hermanos, no podía llevarlos al pueblo, el viaje era largo y cansado para los más pequeños, incluso Tanjiro a tenido muy pocas oportunidades de acompañar a su hermana mayor
Cada que la Kamado mayor bajaba al pueblo regresaba bastante tarde a su hogar, ya que los jóvenes del pueblo siempre buscan la manera de entretenerla y pasar tiempo con ella, además que las señoras también intentan que se quede a cenar en sus casas para que pase más tiempo con sus hijos y ver si acepta casarse con algún joven del pueblo
Gracias a los sentidos bien desarrollados que posee la joven nunca tuvo problemas con volver a su casa a altar horas de la noche. Y este día no era la excepción, Hayami estaba saliendo del pueblo algo apresurada, se le había hecho bastante tarde, eran aproximadamente las 10 de la noche y ya no había casi nada de gente en las calles
Pero a unos cuantos metros de la entrada del pueblo, escucho un grito desgarrador, que la asustó y puso en alerta, el grito venía del mismo callejón en el que hace dos años había conocido a aquel azabache de mirada carmesí, con temor se acercó para ver qué ocurría y lo que presenció la dejo horrorizada
Una bestia, un monstruo.... No... un demonio se estaba comiendo los brazos de una mujer que en agonía gritaba pidiendo ayuda, el cuerpo de Hayami se paralizó, el miedo recorrió cada centímetro de su ser, estaba aterrada y se sentía impotente por no poder hacer nada
El remordimiento invadió su ser, el miedo, no quería que su familia lo sintiese, quería protegerlos a ellos y a todos los humanos pero no sabía cómo, no tenía ni idea de cómo matar a un demonio