Nueve; Mamá.

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Harry levantó su mano y observó el anillo de rosa que Louis le dio seis años atrás, la noche de su aniversario de noviazgo.

Sonrió.

Nunca se había quitado ese anillo y no pretendía hacerlo.

Harry bajo su mano y miró por el ventanal el bonito pueblo que es Castle Combe. La casa que Louis y Harry habían comprado años atrás en ese mismo pueblo estaba más cerca del bosque que del pueblo, la casa era enorme parecía un castillo.

Louis llegó por detrás de él y rodeó el cuerpo del más bajo con sus brazos. Harry recargo su espalda en el pecho de su marido.

—¿Recuerdas cuando me diste este anillo? —Cuestionó el rizado.

—Claro que sí. —Dejó un pequeño beso en el cuello de Harry. —Fue cuando tu me regalaste esta pulsera, ese día habíamos cumplido cinco años de novios.

—Ese día me prometiste una familia y que estaríamos casados. —Los ojos de Harry brillaron ante el recuerdo.

—Lo cumplí. —Louis sonrió.

Harry se volteó y miró a Louis, ambos se sonrieron y se besaron.

—Extrañaba venir aquí. —Admitió en un murmullo cuando se separaron.

—Igual. —Sonrió Harry. —Todo es tan silencioso y pacifico. —Cerró sus ojos disfrutando del sonido de la naturaleza. Los pájaros cantaban, el viento movía las hojas, el pequeño lago cerca se movía tranquilamente, todo era paz hasta que el grito de Alyssa los alarmó.

La pareja salió corriendo de la habitación principal.

Cuando llegaron a la habitación que Alyssa había elegido para dormir se encontraron con Alyssa sobre la cama.

—¿¡Que pasó!? ¿¡Y ese grito, Alyssa!? —Harry preguntó preocupado.

—¡Hay una araña! —Chilló, Louis se acerco a la cama pero no termino de llegar cuando el cuerpo de Alyssa ya había saltado sobre él.

—Te tengo, amor. —Dijo Louis con una sonrisa tomando en brazos a la niña.

—¡No me sueltes! —Chilló nuevamente.

—No te suelto, entendido. —Trató de no reír ante la histeria de la menor.

Harry se acerco ante la maléfica araña y se dió cuenta que era una simple pelusa.

—Es una pelusa, corazón. —Harry la miró con una sonrisa.

—¿¡Te estas burlando de mi!? —Exclamó indignada. —Se veía fea.

Louis reía a lado de ella.

—¡Suficiente! ¡Lou, bájame! —Chilló.

Louis negó con la cabeza.

—Iremos a pasear por el pueblo. —Afirmó.

La castaña se negó y removió para bajarse, estaba indignada. Louis no la dejo ir.

Cuando la pareja junto a la pequeña gruñona se encontraban en la puerta principal llamaron a los mayores.

—¡Azael! —Louis llamó al ojigris y este en segundos salió de la gran cocina.

—¿Sí? —Contestó.

—¡Aleister! —Llamó Harry al mayor. El ojiazul se levantó del sillón de la sala donde hace unos minutos estaba acostado mirando el celular.

—Dime.

—Vamos, iremos a conocer el pueblo.

Ambos se encogieron de hombros y aceptaron. Cuando Aleister y Azael llegaron con el matrimonio alzaron ambas cejas al mirar a su hermana menor en brazos del ojiazul mayor con un puchero, su ceño fruncido y sus brazo cruzados en su pecho.

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