Once; Tío Ashton.

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La hija de Louis y Harry Tomlinson, los empresarios más grandes de todo Londres.

Así se titulaba el artículo que Harry y Louis acababan de leer con una imagen de Alyssa.

—No me importa como le harás pero quiero esa foto fuera de todos lados. —Ordenó Louis con su voz dominante.

—Se trata de una menor, su rostro es mostrado cuando el señor Tomlinson y yo no lo permitimos en ningún momento. —Harry estaba perdiendo la paciencia.

Ambos cortaron las llamadas con un bufido.

Ya habían pasado dos semanas desde su viaje a Castle Combe.

Harry volvió a tomar el teléfono.

—Señorita Dubois, necesito que venga a mi oficina. —Suspiró. —Gracias. —Colgó.

Segundos después los tacones de Jessica se escucharon entrar a la oficina.

—Señores Tomlinson. —Saludó.

—¿Por qué hay una foto de Alyssa en todos lados? —Preguntó con su mandíbula apretada.

—No lo sé. —Miró a Harry. —Yo prohibí que cualquier tipo de fotografía fuera subida.

Harry bufó frustrado.

Louis pasó sus manos por su cabello.

—Jessica, llama a la editorial y diles que si no quitan esa foto de todos lados, les vamos a meter una demanda. —Ordenó.

La chica rápidamente se levantó y corrió hacía su lugar.

Louis se acercó a Harry y este dejó caer su cabeza en el hombro de esposo.

—Odio a todos. —Bufó.

Louis soltó una risita.

Horas después no se encontraba por ningún lado la foto de Alyssa.

Ambos estaban felices.

Cuando los niños salieron de la escuela, Paul llamó a Louis avisando que llevaría a Alyssa a la oficina, Louis estuvo de acuerdo.

                                            ↣↣↣

Alyssa llevaba menos de diez minutos dormida en el regazo de Louis.

La pequeña le había pedido a Paul que si podía llevarla a la empresa, cosa que el hombre acepto después de dejar a Azael en la mansión ya que el joven tenía tarea que hacer con una compañera de la escuela. Cuando Paul y Alyssa llegaron a la empresa el hombre se bajo junto a la niña para poder llevarla hasta la oficina de sus jefes en el último piso.

La niña había estado sentada sobre Louis viendo una película en la computadora del hombre pero cuando Louis menos lo pensó la menor ya se había quedado dormida.

Así que ahí estaba viendo unos papeles cuando la puerta de su oficina fue abierta, risas graves se escucharon por toda la gran oficina.

—¡Louis Tomlinson! —Gritó una voz madura.

Louis rodó los ojos y luego miró al grupo de cuatro hombres.

—Cierren la boca. —Ordenó mirando a Alyssa que aún seguía dormida.

Los cuatro abrieron sus bocas sorprendidos.

—¡Jodida mierda! ¿Es la hija de Gemma? —Exclamó.

—Idiota, Gemma tiene mellizos y apenas son unos bebés. —Uno de los hombres le golpeó el hombro.

—¿¡Es hija de Charlotte!? —Chilló asustado.

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