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Seis; Viaje.

—No vuelve. —Murmuró. —Es tarde, hay lluvia y viene en moto.

Louis se levantó de su asiento y se acercó a él.

—Amor... —Fue cortado por el rizado.

—¡Hace horas que debió haber llegado! —Exclamó mirando a Louis.

—Harry, Aleister esta bien, de seguro esta en la escuela aún. —Abrazó a su esposo.

—Solo estoy preocupado. —Hizo un puchero y se escondió en el cuello del ojiazul.

Louis dejó un besito en la cabeza de Harry.

—Lo entiendo, yo estoy igual. —Soltó un suspiro.

Luego la puerta de la casa fue abierta y cerrada, un Aleister empapado se vio pasando por la sala.

Cuando menos lo espero Harry estaba sobre el chico.

—Estaba preocupado por ti. —Abrazo con más fuerza.

—¿Por mí? ¿Estabas preocupado por mí? —Tragó saliva.

Harry lo miro.

—Estábamos. —Corrigió Louis.

Harry asintió con una sonrisa.

—Claro que estábamos preocupados por ti. —Tocó la mejilla del chico, Aleister se sintió cálido, Harry quito la mano al notar lo que hizo pensado que podría estar incomodando al menor. Aleister volvió a sentir frío y no solo por el agua de la lluvia sobre él.

—Nos alegra que estes bien, Aleister. —Dijo Louis.

Aleister sonrió.

—Lamentó que llegará tarde, no quería venir en moto con esa tormenta. —Explicó.

La pareja asintió.

—Tus hermanos y nosotros ya cenamos. —Mencionó Louis. —Pero tú aún no has cenado, así que te acompañaremos y nos puedes contar como te fue hoy. —Louis sonrió. —¿Sí?

—Sí. —Aleister asintió.

Los tres caminaron al comedor donde tomaron asiento. Una empleada dejó la comida de Aleister y se retiró, los tres empezaron a hablar de su día y hubo risas y bromas.

Louis y Harry sintieron que Aleister no estaba tan cerrado como al inicio y esperaban que a la mañana no volviera a cerrarse porque realmente les gustaba como era el verdadero Aleister.

Aleister se levantó de la mesa ya que finalizó de comer y agradeció por la comida.

—Buenas noches, Louis. —Le sonrió. —Buenas noches, Harry. —Se despidió dando vuelta para dirigirse a la planta de arriba y llegar a su habitación.

Cuando Aleister ya no estuvo a su vista Harry soltó un suspiro.

Louis puso su mano sobre la de Harry.

—¿Estamos bien? —Preguntó Harry incrédulo.

Louis soltó una risa.

—Lo estamos, amor. —Acarició sobre el anillo de Harry.

—Aleister no fue grosero, ni sarcástico, se veía feliz y ¿emocionado? —Harry miro los ojos de Louis.

—Así es. —Louis le devolvió la mirada. —¿Quieres ir a desearle buenas noches a Azael y Alyssa?

—Claro que sí. —Se levantó tomando la mano de su esposo.

Ambos caminaron juntos hasta llegar a la habitación de ambos menores y desearles buenas noches.