S E G U N D O M E S - I

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En el cuarto de Diavolo.

-Milord, su habitación...- la humana miraba maravillada, la enorme cama, muebles mucho más finos que los de su cuarto- es increíble....

Diavolo sonreía calmadamente.

-Es la primera vez que invito a alguien aquí que no sea Lucifer o Barbatos - dijo dirigiéndose a la pequeña salita de estar para sentarse - acércate, hablemos.

-Si- dijo sentándose también.

Se miraron por unos segundos.

-Pues bien, adelante - la invitó a hablar.- qué era eso tan importante?

-Seré directa Milord - tomó aire - quiero definir nuestra relación.

-Ah....

El demonio se tensó, removiendose en su sillón, a pesar de ser el "casi" rey de todo, el heredero, siempre tuvo problemas con sus nervios.

En realidad Diavolo era bastante sensible, se tomaba muy enserio todos los asuntos que llegaban a sus manos.

Y ahora debía responder y no había siquiera ensayado, y tampoco estaba Lucifer.

-Bueno- respondió - sabía que este día llegaría jajaja - la miró nervioso.

-Milord sólo necesito saber mis límites,- lo miró seria- cuando estemos solos...

-Claro- dijo llevando sus manos a los botones de su abrigo rojo- es importante,...vaya comí mucho jaja hace calor - se desabotonó el abrigo sin quitárselo- Yo.... Tu sabes lo que siento, y tu decidiste quedarte...

-Así es - dijo viendo los detalles bordados de su abrigo.

-Entonces, quizá.... - giró su cabeza por sobre su hombro, mirándola - quizá podamos demostrar lo que sentimos... Cuando estemos solos...

Diavolo giró su cuerpo hacia ella y extendió sus brazos, esperando un abrazo que no tardó en llegar.

-Es bastante curioso que le gusten los abrazos - dijo Emi,presionado el cuerpo del demonio- Pero nunca me los devuelve Milord- explicó notando que el demonio no la abrazaba de vuelta - puedo saber porque?

-Oh...- el príncipe miró el cabello de la humana, la bolita amarrada, dándole toquecitos al moño con su dedo- bueno, en realidad estirar mis brazos es una costumbre. No es para pedir abrazos.

-No? - preguntó sin soltarlo.

-Nop- respondió apretando ahora la bolita con su mano.

-Jaja que hace Milord? Con mi cabello?

-Jaja nose - dijo soltando su moño - no estoy acostumbrado a estas muestras de afecto, sabes?

Emi disolvió el abrazo pero se quedó muy cerca de él.

-Pero si usted es muy dulce - se extrañó.

-Dulce... No es algo que se supone que digas sobre mi- sonrió.

-Es cariñoso, se preocupa por todos, es amable- dijo ella al tiempo que lleva sus manos a las mejillas del demonio- como aprendió entonces a ser como es?

Diavolo cerró los ojos, ladeando su cabeza en la mano de Emi, apoyándola.

-Nunca había pensado en eso.

-Milord...

-Si...

-Puedo besarlo?

-.... - abrió los ojos directo hacia ella.

-Es demasiada muestra de afecto para usted? - preguntó devolviéndole la mirada.

-Veamos - respondió.

Lord Diavolo > I obey you Donde viven las historias. Descúbrelo ahora