Casualidad, Coincidencia y Destino

La Apuesta

23 de enero 2022 - 5:00pm

Galaxia

Me estaciono en la entrada del Hotel Barutte. La fachada es imponente, está decorado con oro por todos lados, parece un lugar bastante costoso y sin duda ostentoso. El valet toma mi auto e inmediatamente recuerdo que debo conservar las llaves. Así que espero que lo estacione y al regresar me devuelve el llavero de mi mercedes. Me adentro a la recepción y mis ojos no saben dónde mirar, este lugar es aún más hermoso por dentro. Todas las decoraciones son negras, doradas y hay un exceso del metal precioso por todos lados. Tal pareciera que estuviese diseñado por él, igual de misterioso y extraño. Aunque he de reconocer que también es elegante y sobrio en todos los sentidos. No hay muchas personas y eso no me parece raro, es relativamente temprano. Desde que nos vimos en aquel semáforo por primera vez, mi cerebro no ha sido capaz de dejar ir las sensaciones que experimenté a su lado, no he dejado de pensar en esos brazos que me envolvieron con tanta rudeza y esos putos labios tan deliciosos que me quise comer al verlos. No es que muera por verlo...

-<Estás segura? Las mentiras en la primera cita no son buena idea.>-

- Primero, no es una cita. Y segundo, ya discutimos esto anoche. Tenemos un plan, ¿recuerdas?-

-< Te refieres a lo que soñamos? >-

- No, no, no. Eso no. El plan. Yo dejo las llaves en la recepción y me voy sin mirar atrás. -

-< Ahhh, ese plan... No va a funcionar. >-

- No digas eso. Tiene que funcionar. Entrar, dejar las llaves y fuga. Es sencillo.-

-< Si tú lo dices. >-

Me acerco a la recepción y la chica parece estar ocupada con una llamada, así que espero el tiempo necesario para que me atienda. Miro a los alrededores y veo que hay una piscina a un lado, está cerrada, debe ser climatizada. Mis ojos vagan por las puertas de cristal y la figura que sale del agua me deja perpleja. MIERDAAAAAAA... Es él. Es él. Es él. Tiene puesto un pequeño short de playa negro que le queda espectacular. Su torso desnudo me deja ver sus brazos. Tiene ambos cubiertos de tatuajes, ningún color, solo tinta negra. Todo en este hombre es intrigante y fantástico. Mis ojos se quedan en shock cuando veo el pedazote de bulto que tiene entre las piernas. ¡Madre De Dios! ¿Cómo no le duele la espalda cargando ese animal?. Nuestras miradas hacen contacto y puedo jurar que veo su miembro endurecerce al instante. - Carajo, tengo que seguir el plan. El plan. Ok. ¿Cuál era el puto plan? Mierda -

- ¿En qué puedo ayudarla señorita? - me pregunta la rubia de la recepción sacudiendo mis pensamientos.

- Tengo que entregarle esto. - le doy las llaves y me mira con rareza.

- Señorita, el valet puede recibir su coche afuera, yo solo me ocupo de la recepción de los huéspedes.- mi periferia capta como se dirige a nuestra posición. - Hora de correr -

- Señorita, sus llaves - Me grita la rubia mientras yo corro a la salida. Claramente no llego lejos. Una mano fuerte me toma del brazo deteniendo en seco mi movimiento y dejándome sin respirar por un segundo.

- ¿Huyendo? ¿Otra vez? - su puta voz me habla al oído y yo siento el agua recorriendo mi espalda. - ¿Qué tipo de sueño lúcido es este? -