Rayo: El Voltaje

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Antes de comenzar, debo decirles que este capítulo forma parte de una saga de cuatro llamada TORMENTA, es un especial que preparé para ustedes con mucho amor. Los estaré publicando con dos días de diferencia y de ser posible sin demoras.

Sin más qué añadir, las dejo disfrutar de nuestra historia.

Narrador Omnisciente

En la mitología antigua existían unas criaturas con forma humana de mujer y aleta de pez, conocidas por ser llamativas y sumamente cautivadoras. De ese tipo de misterio que puede arrastrarte al fondo del mar, pero aún así, no puedes evitar caer en sus encantos.

Los marineros de la época contaban que sus rostros parecían tallados en mármol, no había imperfección en ellos, sus curvas eran el lamento de un naufragio... pesar para algunos, gloria para otros. Una piel con tonos claros que a la luz parecía reflectar los colores del arcoíris. Cintura pequeña, cabello largo y maltratado por la sal, enredado en sus pechos pequeños, pero no invisibles. Con un aura de peligro que atraía a las tormentas más peligrosas.

Dicen que el ritual de una sirena, era su más sagrado tesoro. Siempre era el mismo y aún así, no fallaba nunca. Primero se posaban sobre las rocas visibles, se dejaban contemplar, presumían su belleza, incluso saludaban a los marineros que pasaran cerca. Una vez que captaban la atención de los hombres, como buenas féminas, usaban sus mejores armas para traerlos cerca de ellas y cuando lograban tenerlos junto a las rocas, sujetaban sus rostros de forma delicada para susurrar "los lamentos del final".

Así le llama la leyenda a los gemidos ensordecedores que emitían sus labios. Cuentan que el canto de sirena, despertaba la furia de los dioses. Según ellos eran criaturas malditas, que aunque surgieron de su propia creación, no cedían ante su control. Las melodías placenteras de sus voces, comenzaban a crear remolinos en la marea, el cielo se abría como si del fin de los tiempos se tratara, pero eso no las detenía en su ritual, continuaban embelesando a los ingenuos, víctimas de su naturaleza.

El agua salada se alzaba culpa de las luces que rebotaban en la superficie, la densidad del agua se sentía pesada. Energía en forma de corriente eléctrica disparándose por doquier. La furia del Olimpo comenzaba a caer sobre sus cabezas. Los Dioses no estaban contentos y como en cada ocasión, estaban a punto de mostrar su desagrado.

Los poderosos de túnicas blancas estaban lanzando su primera advertencia: El Rayo.


Galaxia

Los Ángeles - 14 de febrero

Pasadas las 9pm.


- No.

- ¿Por qué no?

- Porque dije que no.

- Eso no es una explicación razonable.

- ¿Desde cuándo eres razonable?

- Lo estoy siendo ahora.

- Es una idea terrible.

- Entra ya.

- Dije que no.

- Conste que primero lo pedí de buena manera.

Casualidad, Coincidencia y DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora