Química

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Galaxia 

Los Ángeles - 14 de febrero

La tradición más vendida de la historia. Miles y miles de dólares gastados en publicidad, marketing y promoción. ¿Para vender qué? ¿Ilusión? ¿Sentimientos? ¿Esperanza? ¿Fe? ¿Amor?

Normalmente esta fecha me emocionaría bastante, pero justo hoy, quiero que el día solo transcurra lo más rápido posible. Este año cupido se lució metiéndome la flecha por el culo...todo lo que podía salir mal, ha salido aún peor. Me han engañado, secuestrado, golpeado y hasta mentido.

Cuando pensé que nada peor podría pasarme...él llegó a mi vida, cubierto de misterios y tentaciones. Con esa aura de peligro que emanaba por doquier, la misma que me hizo caer entre sus brazos como una adicta necesitada de su droga favorita. 

Cegada por el deseo, me dejé llevar por mis instintos, caminando a ciegas, sin saber donde se encontraba el borde del precipicio. Porque con él descubrí el deseo, el placer, la intimidad de un beso, las caricias cargadas de violencia, el sexo salvaje y las sensaciones irracionales de mi propio cuerpo. Me mostró un mundo desconocido para mi, uno en el que caer en la tentación, era mejor idea que pensar en las consecuencias. Y ese fue mi gran error. 

Su confesión me pegó como una ola gigante, revolcándome en dudas, dejándome mareada y desorientada. Cuando estás montada en tu nube rosa, todo parece fantástico, pero cuando finalmente caes de ella, el suelo te recibe de golpe y sin sutileza. La realidad puede ser cruel cuando te arroja los hechos en la cara. Sin piedad te grita lo equivocada que estabas y eso no hizo más que demostrarme que no puedes confiar en lo que no puedes ver. 

Creí haberme entregado a la persona correcta y resultó un total fracaso. Hoy debería estar en París, bajo las luces de las farolas callejeras, comiendo crepas y helados, haciendo el amor con el hombre responsable de todo este torbellino en mi cabeza. Todavía no entiendo como le resultó tan fácil dejarme ir, solo darse la vuelta sin más, como si no hubiésemos sido nada, demostrándome lo que yo ya sabía, pero me negaba a reconocer, que para él solo fui un capricho más. La niña tonta que le entregó su virginidad y se autoasignó un lugar que evidentemente nunca existió. 

Que ingenua fui al pensar que podría pelear por mi, que daría una mínima señal de interés. Estúpida cuando en el fondo de mi mente pensé que quizá el asunto de la mafia no era tan grave, que podríamos juntos con ello, que existiría un modo de sobrellevarlo, porque muy dentro de mí empecé a sentir que algo crecía, que realmente sería "su mujer". Tonta que me he de haber visto actuando como la señora de alguien que a la primera, me sacó de su vida sin más. 

Tengo la cabeza hecha un lío, no puedo pasar por alto quien es y a que se dedica, pero tampoco puedo mentirme a mí misma, me gusta, claro que me gusta, mucho, muchísimo, tanto como para que me haya cuestionado mis valores tantas veces en tan pocos días. Lo único que me frena de irme corriendo a buscarlo, es que sé que si lo hago, la balanza siempre estará más inclinada de su lado, y puede gustarme toneladas, pero sé que nadie merece tanto la pena como para humillarme de tal forma. 

No puedo hacer más que resignarme a los hechos, él se rindió y yo debo hacer lo mismo, seguir con mi vida, ignorar todo lo que creí que sentía y continuar. La cosa es que el momento no ayuda, estoy sentada en la mesa del comedor de mi casa, con mis padres y escuchando las palabras bonitas que como cada año, se dicen mutuamente. El ramo de rosas rojas reposa sobre la mesa y a pesar de que mi vida esté siendo un desastre, estoy feliz de que mis papás tengan la suerte de tener una relación tan linda y perfecta. Creo que son la única razón por la que todavía creo en el amor. 

Casualidad, Coincidencia y DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora