XV

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- déjeme ayudarla, señora Shin - dijo sonriendo amablemente.

- no debería, joven Kim - respondió la mujer de edad avanzada.

- en serio deseo ayudarla, además ese es mi trabajo aquí - dijo con una triste sonrisa.

- no este triste, joven Jin. El señor Namjoon se enojará si lo ve triste- dijo.

- ¿a que se refiere?- preguntó confundido

- mis ojos no me engañan, al verlo, los ojos del señor Namjoon tienen un brillo especial- respondió.

- me esta confundiendo con mi herma... - calló y volvió a hablar- me está confundiendo con la señora Kim - dijo decaído.

- vez que tu también sufres con ese desdichado matrimonio- suspiró.

- ¿desdichado? - volvió a preguntar.

- el amo Namjoon perdió esa alegría y entusiasmo cuando se casó, antes casi brinca de la felicidad al creer que encontró lo que buscaba, pero luego de la boda, perdió nuevamente esa chispa, como si la señora no era lo que anhelaba- explicó.

Jin no quiso saber más de la vida de su hermana y su esposo, por lo que no volvió a preguntar y continuó con la elaboración de la comida.

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- es que no lo entiendo, padre - dijo con frustración - al fin lo tengo, es mi esposo ahora, pero lo siento más lejano que antes - suspiró, su padre solo la miraba sin responder a su interrogante.

- traje a Jin para que su aroma llene la casa y así no sospeche, pero ya no me toca, como conseguiré tenerlo junto a mi si no le doy un hijo - hablaba preocupada - maldita la hora en la que no llegué a presentarme como omega - dijo ya con la voz quebrada y lágrimas bañando sus mejillas- lo amo, lo amo tanto que no quiero perderlo.

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Tarareaba una suave melodía mientras limpiaba y recogía la ropa sucia de las habitaciones que ocupaban él y su padre, luego llegó a la habitación principal que era la de su hermana y su esposo. Dudó por un momento, pero luego ingresó, después de todo su hermana lo trajo como un sirviente más de esta casa. Al ingresar, el fuerte aroma a chocolate amargo lo recibió, aquel aroma que estaba presente incluso en sus sueños y lograba que su lobo se presentara, prefirió ignorar todas esas sensaciones, tenía trabajo que hacer. Empezó limpiando y sacudiendo las cortinas, luego siguió con la cama, para después continuar con la ropa desordenada y colocarla en su lugar correspondiente.
No supo exactamente cuánto tiempo le tomó, pero una vez hubo terminado se dispuso a juntar la ropa sucia, sin embargo, el agarre en su cintura lo asustó y se alejó de inmediato, cayendo al piso.

- perdóname, creí que eras otra persona - se disculpó la voz a sus espaldas.

Con gran timidez se levantó del piso y agachó la cabeza, no queriendo ver a esa persona.

- discúlpeme, por entrar a esta habitación- dijo en voz baja.

- no, no te preocupes- río leve el contrario- creí que era mi esposa la que ordenaba aquí - explicó.

- solo quise cumplir con mis obligaciones- dijo nervioso por el fuerte olor a chocolate amargo que inundaba la habitación y se mezclaba con el suyo - me... me retiro- dijo al ver cómo su cuñado se iba acercando a él.

Salió de la habitación y tan pronto como estuvo en el pasillo, corrió a encerrarse en su propia habitación, tratando de controlar a su corazón que latía desenfrenadamente.

- sin duda eres tú quien con insistencia me visitaba en mis sueños, pero preferiste a mi hermana - dijo con los ojos llorosos - ahora debe ser ella quien se ocupe de ti y tus necesidades - habló con tristeza pues sabía que el celo del alfa se estaba presentando por el fuerte olor que desprendía.

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Respiró profundamente, llevando a sus pulmones la fragancia a fresas que tanto lo enloquecía. Llegó tan rápido como sintió el inicio de su ciclo de celo, quiso pasar de largo la habitación que compartía con su esposa y encerrarse en alguna otra, pero el olor a fresas que provenía de allí lo atrajo, ingresando y sujetando al dueño de ese aroma,  sin percatarse de quien era. Grande fue su sorpresa al descubrir al joven que trajo consigo su esposa cuando se casaron, pero este huyó cuando quiso hacer algunas preguntas, sus dudas crecían cada vez más, apenas iban unos meses de su matrimonio, pero ninguna vez su esposa dejó tan marcado su aroma en la habitación, siempre predominaba el de él, pero hoy, misteriosamente la habitación se hallaba impregnada de ese aroma y se mezcló con sus fuertes feromonas propias de su celo. Estaba dispuesto a salir y buscar el origen de tan exquisita fragancia, sin embargo, la puerta se abrió, dejando ingresar una pequeña y delgada figura.

- llegaste antes, cariño - dijo alegremente.

Namjoon se acercó a su esposa y colocó su nariz sobre la curvatura del cuello contrario, buscando con insistencia su fragancia, pero no encontrándola. Su juicio poco a poco se iba perdiendo, aún así pudo percatarse que su esposa no se veía afectada por las feromonas que soltaba, aquellas que invitaban a su pareja a aparearse juntos. Se alejó de ella y se recostó sobre la cama, sintiéndose nuevamente envuelto en la fragancia que tanto anhelaba. Su mente se sentía confundida, pero la necesidad de acoplarse era mayor, por lo que, confundido con el aroma que los rodeaba, tomó a su esposa para satisfacer su creciente necesidad.

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🥀_Destiny_🕯️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora