Capítulo 10

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—Entiendo que tú lo hagas, pero yo ya perdí ese motivo de disfrutar las cosas. Ya no sé que hacer, no sé cómo seguiré adelante, no lo sé.

—Debes intentarlo, por más duro que parezca, debes hacerlo, no dejes que esta enfermedad te arrastre, sigue flotando, nadando hasta llegar ala superficie, hasta que puedas respirar y disfrutar.

Solo asiento escucharlo me alivia y a la vez me asusta, a partes iguales, tengo miedo, miedo de intentar y no lograr nada, miedo de morir, miedo de fracasar en el intento, miedo de caer y no poder sostenerme y seguir en pie.

—Creo que ya debería irme, se está haciendo tarde.

Asiente. —Recuerda, no dejes que te arrastre en lo profundo, yo puedo ayudarte.

—Gracias, de verdad.

Le doy una leve sonrisa en forma de agradecimiento por sus palabras de apoyo.

Me dirijo a mi casa, entro y voy directamente a mi habitación.

Saco mi pijama y me la pongo, este día, el rato que estuve con él, me sentí tranquila. Hay certeza en lo que me dijo que debería intentarlo, pero ¿Acaso no lo e hecho? ¿Acaso no le intentado cada vez que voy al parque? Porque cada vez tengo un ataque de pánico.

Suspiro y me dejó caer sobre mi cama.

—Necesito dormir, solo quiero dormir, dormir, dormir, dormir...

—¡Ayuda!— exclama exaltada— Tú— me señala con el dedo índice. —Tú tuviste la culpa de mi muerte.

—No, no, no, mamita ¿Por qué me dices eso? Yo no tengo la culpa— sigue señalandome con el dedo. —Mami... Mamita...

¿Cómo seguiré adelante? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora