¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Doyoung se aclaró la garganta incómodo, viendo cómo se finalizaba su divorcio.
Lo primero que hizo cuando salió de la sala del tribunal fue susurrarle a su abogado, Kim Jungwoo, que estaba contento de haber firmado un acuerdo prenupcial. Jungwoo se rió un poco, "Ella tiene suerte de que seas lo suficientemente amable como para darle una propiedad completa".
Admite que todo su matrimonio se convirtió en un castillo de naipes. Si cometía un pequeño error, todo terminaría. Por suerte, eso no sucedería, con la cantidad de dinero que poseía, nada de eso sucedería jamás. Especialmente ni siquiera la noticia de él saliendo con la amiga de su propio hijo, y mucho menos follándosela también.
Doyoung primero había tratado de convencer a su esposa (ahora ex esposa) de que él, de hecho, no estaba teniendo una aventura con una de las amigas de la universidad de Jeno. "¡No, no estoy teniendo una aventura con t/n! Ella es la compañera de cuarto de Jeno, siempre están estudiando juntos, ¡nunca tendría tiempo para verla!" Lo cual era correcto... durante los exámenes parciales. A Doyoung se le ocurriría la excusa para ir a ver a Jeno cuando, en realidad, solo quería verte. ¡Justo como ahora!
Doyoung se sentó en la mesa del comedor del dormitorio para contarte a ti y a Jeno sobre las historias recientes que tenía sobre su vida y el objeto de sus tres diversiones: la madre de Jeno y la esposa de Doyoung.
"Ella amenazó con robar tu herencia en la corte, Jeno". El Sr. Kim se rió cuando el mismo Jeno comenzó a reírse con su padre.
Por supuesto, Kim Jeno, el estudiante de negocios y el heredero aparente de la gran empresa que poseería para cuando el Sr. Kim decida jubilarse, se reiría de algo así. La idea de que alguien tomara la gran suma de dinero heredado de Jeno era casi imposible, nadie podía obtener ese frío dinero en efectivo más que el propio Sr. Kim.
Jeno suspiró satisfecho, "Iré a dejarlos solos a los dos", sonrió, levantando las cejas antes de encogerse. "Supongo que ahora eres mi madrastra, eh", bromeó.
"Por favor, solo ve a ver a Jaemin".
"Bien".
Te levantas de tu asiento y le envías una mirada al Sr. Kim para que te siga a tu habitación. Una vez allí, se cierne sobre ti y sus brazos evitan que escapes. "Te he estado deseando todo el día, bebé", exasperó, quitando cada prenda de tu cuerpo. Sus labios se conectaron a tu cuello, dejando besos enrojecidos a lo largo de la zona.
Desatando su corbata, envolvió la tela sedosa alrededor de tus muñecas. "Sé buena para mí, ¿está bien?" ordenó suavemente, dejando un último beso en tu mejilla.
A pesar de que tenías las manos atadas, te las arreglaste para rasgar la camisa Lactose del Sr. Kim, mostrando su abdomen tonificado. Te miró con reprimenda antes de suspirar. "Oh bebé."
