NCT Fics

doyoung

hecho en tumblr por wincore

No eres exactamente alguien para inclinar la cabeza y aceptar una orden. No fuiste criada con mucha libertad, pero la buscaste de todos modos, y el mero saborearla nunca te permitió vivir como deberías ser.

No se supone que las princesas sean como tú: se supone que deben ser remilgadas y correctas, oler a rosas y todas las cosas ricas y maravillosas, se supone que deben sonreír y reír con los príncipes, mantener la cabeza erguida con dignidad pero inclinarse cuando se les ordena. Se supone que no deben escabullirse a medianoche para mirar las estrellas, o rasparse las rodillas trepando árboles, no deben fruncir el ceño o hacer muecas ante los avances del sexo opuesto, y ciertamente no se supone que sigan desapareciendo , especialmente durante las cenas importantes.

La noticia te hizo desmoronar por dentro cuando la escuchaste, cuando tu madre te avisó con una mirada de desdén, regañándote por estar ausente del palacio casi todo el tiempo. Sus palabras solo parecen reprochar tus acciones, convenientemente pasando por alto que tal vez , solo tal vez, a veces no tienes la culpa. Que te roben la libertad, que te casen con un hombre al que apenas has mirado, que te traten como si no fueras una persona en absoluto, te deja un sabor amargo en la boca en el mejor de los casos.

A menudo te dicen que tienes mucha independencia. No tiene ningún sentido para ti, cómo alguien podría tener la audacia de decirte eso. No son los que están enjaulados por las reglas sociales, reglas que requieren la unión de tu alma y todas las capacidades de tu cuerpo. No puedes contar la cantidad de veces que te has restringido físicamente para no gritar o simplemente golpear a alguien en la cara (desearías saber cómo hacerlo sin lastimarte los nudillos, pero te han negado esa lección varias veces). No eres puramente exaltada o impulsiva, pero al menos puedes tener estos pensamientos, ¿verdad? ¿O se supone que también debes controlar tus pensamientos?

Cuando ves a Kim Dongyoung con su traje azul marino, las ramitas doradas y las hojas grabadas en los hombros y las mangas, escuchas a tu madre suspirar a tu lado. Tú también suspiras, pero por una razón completamente diferente. A las princesas de todo el continente les encantaría ocupar tu lugar; sabes que tus amigas lo harían, después de que se quedaron boquiabiertos y se rieron de alegría, felicitándote después de que les dijiste, perdiendo el punto como todos los demás. Pero tienen algo de sentido, por supuesto. Es guapo, etéreo, y es rico. Además, es conocido por sus estrategias de guerra infalibles que los hombres de inteligencia ordinaria no suelen idear. Pero eso es todo lo que sabes de él. No sabes si tiene alguna pasión o si es un títere como tú y otras personas en tu posición. No sabes si es amable con los pobres, o si le gustan los paseos por los jardines. No sabes si le gusta leer, o si tiene un olor favorito, comida favorita, color favorito. Todo lo que conoces es una imagen que otras personas han pintado de él, y estás destinada a pasar tu vida con este caparazón vacío de un hombre que no conoces, a quien ahora no te permitirás conocer, puramente por despecho.

Te sientas en el banco de madera del jardín real, jugando torpemente con tus manos. Te quedas con Doyoung, como prefiere que lo llamen, y debes hablar con él. Es una libertad que les han dado sus familias, para conocerse antes de que sus vidas se entrelacen para siempre. La luz del sol entra a raudales y el color marrón de sus ojos te recuerda vagamente al bosque en una tarde de primavera.

"Probablemente odies esto tanto como yo", dice, cortando el denso silencio, sin señales de humor en su tono. De hecho, sus labios están fruncidos en una expresión sombría que muy posiblemente refleja la tuya.

"Probablemente más", te quejas. Como dama, te han enseñado a nunca usar ese tono. Pero como a ti, no te puede importar menos, ahora que sabes que él siente lo mismo.