7

1.1K 69 5
                                    

Mikasa abrió los ojos y miro a su alrededor.
Era de día y por la forma en como el sol
brillaba detrás de la cortina, debía ser algo
cerca del mediodía. Cerró los ojos y suspiro.
Se sentía extrañamente, satisfecha y feliz.
Movió un poco su cuerpo y al intentar mover
las piernas, abrió los ojos rápidamente. Giro
la cabeza y vio a su marido, durmiendo
al lado suyo. Su cara estaba muy cerca y
su respiración la golpeaba en la cara. Se
fijó que tenía uno de sus brazos sobre sus
pechos y la abrazaba. Miro un poco por
encima de la cabeza de Eren y abrió los
ojos como platos, eran la 1:30 de la tarde. Y
algo aún más sorprendente que lo anterior
era que: Eren seguía dentro de ella.
Apenas respiraba. No sabía qué hacer,
con su marido dentro, si se movía podría
despertarlo y después de lo que había
sucedido la noche anterior, necesitaba
tiempo para pensar, a solas. Cerró los ojos,
cuando las imágenes de la noche anterior
la inundaron. Eren borracho, diciéndole
que era hermosa y que la amaba. La forma
en como la había hecho estallar de placer,
antes de hacerlo él mismo. Como le había
repetido que la amaba, mientras estaban
juntos.
Abrió los ojos y giro la cabeza para verlo
dormido. Era tan atractivo, inteligente
y amable. Tenía este cuerpo atlético y
atractivo, que ahora estaba parcialmente
encima suyo. Tenía tantas cualidades y era
tan imposible para ella no amarlo.
Cerró los ojos. Tenía que pensar que iba a
hacer. Eren la había amado de nuevo,
no solo con palabras si no, también con su
cuerpo. Cada uno de los sentidos de su ser
le decían que era real, que él realmente al
amaba. Pero él le había sido infiel. Ella lloro
y sufrió por su culpa, ¿Cómo perdonarlo
después de eso?
Abrió los ojos y se encontró con su marido,
mirándola fijamente. Mikasa contuvo la
respiración. Eren había estado muy
borracho cuando llego. Era probable que
no recordase nada de lo sucedido. Sintió
morirse con aquella posibilidad, si él le
decía que lo sentía o se alejaba, ella se
echaría a llorar inmediatamente. No tuvo
siquiera, que pensar en reunir coraje para
enfrentarlo. Su esposo le sonrió dulcemente,
mientras su mano acaricio su mejilla.
Luego acerco sus labios y la beso. Eran
como sus besos de antes, suaves, delicados,
impregnados, con esa única muestra de
amor. Casi quiso llorar por ello. Lo había
recuperado, de nuevo era suyo. ¿Pero por
cuanto, antes de que una nueva apareciera?

Aquella pregunta la hizo pensar en alejarse,
pero con Eren encima suyo, sus brazos
a cada lado de su cuerpo, acorralándola
y su cuerpo, muy dentro del de ella, era
prácticamente imposible. Eren se aleja
de sus labios y frota su nariz contra la suya,
con ternura. – Te ves, tan increíblemente
hermosa, en las mañanas. - Esa debería ser
la mentira más grande del mundo. Siempre
se levantaba con el pelo desordenado, y a
diferencia de los comerciales y telenovelas,
donde se veían frescos y hermosos recién
levantados, ella tenía lagañas en los ojos y
la marca de la almohada en las mejillas. –
Tu eres, increíblemente hermosa a todas
horas. - Las manos de Eren acariciaron
sus rostro y cuando sus dedos tocaron sus
pechos, aguanto la respiración. Luego sintió
la forma en como su cuerpo endureció
dentro suyo, vio sus ojos oscuros y llenos de
excitación. Y supo lo que seguía. Y aunque
una parte le decía que se alejara, existía una
más grande, que le decía que no lo hiciera.
– Te amo, Mikasa. – Y él comenzó a moverse,
lentamente como la noche anterior,
mientras sus labios besaban todo lo que
pudieran tocar. Ella se agarró fuertemente a
su espalda, porque lo amaba y no importaba
que, lo haría siempre.

(...)

-i¿Te acostaste con él?! - Mikasa miro a
su alrededor, para ver si alguien había
escuchado el grito de Abby. Despues de
hacerlo con Eren, de nuevo en la
mañana, él había sido increíblemente tierno,
dulce y encantador, luego de tomar una
ducha juntos, según Eren argumento:
para ahorrar agua, habían preparado juntos
el almuerzo y pasado parte de la tarde
sentados, juntos y viendo la tele. Parecía
que su marido no podía apartar sus manos,
porque siempre estaba tocándola, la mano,
el pelo, el muslo, incluso había masajeado
sus pies. Y cuando toda aquella atención,
la hizo sentir algo, extraña y confundida,
le dijo que tenía que irse, disculpándose
que había olvidado una reunión con Abby,
huyo. No antes, de que él la besara larga y
lentamente, luego le había dicho que tuviera
cuidado, mandado saludos a Abby y que la
esperaría para cenar, juntos.
Estaba tan confundida, que no sabía qué
hacer. Y pensaba que tal vez Abby, pudiese
ayudarla, después de todo, en cuanto a sexo
y hombres, tenia infinita experiencia. -¿Por
qué no lo dices un poquito más alto? Creo
que los de atrás, no te oyeron. – Ciertamente
que ella lo gritara, no ayudaba.

-¿Cómo quieres que no grite? Él te fue
infiel, por meses. Te dejo sola. Te ignoro.
Y tú te acuesta con él. ¿Enserio? – Abby
estaba tan enojada, pero ese era el último
de sus problemas. - ¿Cómo puedes de estar
tan segura que no va a buscarse a otra?
Tal vez volvió a tener sexo contigo, solo
porque se aburrió de la otra, y tú estuviste
allí para calmarle la leve calentura por su
borrachera, y ahora él va a buscarse otra
y cuando se aburra de la otra, vendrá de
nuevo contigo y así una y otra y otra y otra
vez. ¿Eso es lo que quieres? ¿Ser el plato de
segunda, de calentura? – Ella solo le había
dicho a Abby lo de la noche, no de cuando
despertaron y el resto del día, entendía que
tuviera tantas reservas con Nick. No lo sabía
todo.
Y tal vez su amiga tenía razón, aunque tal
vez no la tenía. Y si era cierto que fue solo
calentura, no quería ser la puta, engañada,
de segunda. Pero, si no era cierto y Eren
la amaba, no quería perderlo, por pensar
erróneamente. ¡Dios! Estaba tan confundida.
-Mira, Mikasa. Creo, que deberías continuar
con lo que planeamos. Vengarte de Eren.
Él te fue infiel. Tú lo viste. No puedes
perdonarlo. Más bien, ahora lo que deberías
hacer, es utilizar el sexo de anoche, como
parte de tu plan. Mantenerlo interesado,
dispuesto, caliente y luego al final mandarlo
al diablo, como planeamos. – Eso ya no
le sonaba tan atractivo como antes. –
Seguir saliendo en las noches, hacerle creer que tienes realmente un amante, a
la final cuando te grabes con él, destruirás
completamente a Eren y su orgullo de
hombre.
Eso sonaba tan... horrible. Porque ¿cómo
ella podría hacerle algo así, al hombre que
amaba? Pensó que Abby tenía razón, debía
seguir con el plan, excepto la última parte, y
que ya no sería para vengarse de Eren.
Recuperaría a su marido. Lo haría pagar y
sufrir un poco, luchar por recuperarla si
aún la amaba, y demostrarle que jamás iba a
volver a serle infiel. Lucharía. Y esperaba no
morir en el intento.



Esta historia es más corta de lo que se pueden
llegar a imaginar, quedan pocos capitulos
para su final.

Bye 

Marian

Infidel [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora