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Su esposa no lo engañaba. Jamás lo hizo.
Después de salir de su casa, condujo un poco
y fue a algunos clubes que sabía, podrían
haber llamado la atención de Mikasa. En
ninguno la habían visto, pero justo cuando
salía del ultimo bar con el alma por el suelo,
se fijó que en la otra calle, había una escuela
para adultos. Lo que le llamo la atención del
lugar, era las clases que ofrecían: cocina y
repostería. Eren recordó todas aquellas
noches en las que al hacer el amor o
abrazarla, había notado un olor a vainilla y
galletas.

Así que ahí, había descubierto que su
esposa, no le era infiel. Daba clases de cocina
en ese lugar. Y habiendo tantos horarios
para que cualquiera pudiese estudiar, ella
tenía el último y su tarea terminaba a las
diez. Fue tan sorprendente descubrir eso,
no solo porque ella no lo engañara, sino
porque Eren siempre supo que Mikasa era
buena para enseñar. También, descubrió
que los primeras semanas ella y sus amigas
profesoras, iban a beber algo en una
cafetería hasta el cierre, a la medianoche.
Por eso sus llegadas tarde.

Descubrió tantas cosas de su esposa allí,
que decidió que cuando volvieran, la iba
a persuadir para que trabajase a tiempo
completo ahi. O medio tiempo. Lo que fuera,
que quisiera que la hiciese feliz.

Y como su última esperanza de saber algo
nuevo, estaba en ese lugar, no le quedó más
remedio que regresar a casa. Iba pensando
mientras conducía, que otra cosa podía
hacer, para saber de Mikasa. El único lugar
que quedaba, era con Abby. Pero no tenía
su dirección. Freno el coche y tomo rumbo
a la oficina de policía. Era ingeniero y tenía
sus contactos. Cuando tuviese su dirección,
hablaría con Abby y ella le diría todo lo que
supiese de su esposa.

(...)

Después de comer y beber algo, Mikasa se
sentía mejor. Había pensado resistirse y
hacerle el trabajo más difícil, pero al pensar
en él bebe, decidió que no arriesgaría su
vida por ella. Además tenía un millón de
preguntas y no podía permitirse estar débil o
que la dejaran inconsciente de nuevo.

Tomo aire profundamente y miro a la rubia.
Era hermosa, y a pesar de las circunstancias,
también era amable. Su cuerpo era
voluptuoso pero balanceado. Entendía que
pudo verle su marido. Pero el momento, no
era para pensar en ello. La razón por la que
la secuestro, es obvia: Eren. La pregunta
es: ¿Cómo convencerla de que la dejara ir?

- Sé que tendrás muchas preguntas. Como
quien soy, donde estas y todo eso. - Bien,
además de hermosa, era inteligente. Eso no
ayudaba mucho a su autoestima. - Adelante.
Pregunta lo que quieras. –¿Hace cuánto tiempo, eres amante de mi
marido? – La rubia ni siquiera se mostró
sorprendida. Lo que le dijo Mikasa, que
ambas eran conscientes de la infidelidad
de su marido. Entonces, ¿Eren también
lo sabía? ¿Se había mostrado tan dulce y
encantador, como su amado marido, por
ello?

- ¿Quieres la historia completa o un
resumen? - Mikasa levanto una ceja,
mientras la observaba. La rubia levanto
ambas manos, mientras meneaba la
cabeza. – De acuerdo. Quieres la historia
completa. Omitiré los detalles obscenos.
- Sonrió y Mikasa quiso golpearla. No solo
por lo cínica, sino también por su sonrisa
de dientes perfectos. – Llevo trabajando
como consultora legal en la compañía,
por más de tres años. Hace seis meses me
contrataron como abogada oficial. Estaba
bastante emocionada por esto, que me dije
que iba a hacer mi trabajo lo mejor posible,
sin distracciones. Imagínate mi sorpresa,
cuando me encontré cara a cara, con
Eren. – Ella suspiro, como si le estuviesen
hablando de una estrella de rock y ella fuese
una adolescente. Que otra mujer suspirara
por su marido de aquella manera, la lleno de
celos.

- Es un hombre tan apuesto e inteligente,
que simplemente me derretí sobre mis pies,
cuando me saludo de aquella forma tan
cordial con una sonrisa. Era atento, amable
у caballeroso y después de un novio que me era infiel con cualquier cosa con piernas,
eso fue un sueño hecho realidad. Caí de mi
nube, cuando me entere que era casado.
Además, Eren jamás me coqueteo. Pero
no pude evitarlo, él es candente. Así que,
comencé a enviarle yo las señales. Pero
él, no me puso atención. Cuando comenzó
toda la negociación de Marquet, hace tres
meses, me di cuenta que el trabajo, nos
tenía absorbidos. Incluso a Eren. Así
que, viendo que llegaba temprano, Salía
súper tarde y además agotado, pensé que
no tenía tiempo para ti. Por lo tanto, un día,
cuando nos mandaron por la comida, lo
bese en el ascensor. – Cerro los ojos, como
si lo estuviese rememorando. - Fue el beso,
más ardiente, que jamás me han dado. Pero,
cuando salimos del ascensor y volvimos a la
oficina, me ignoro. Siempre que podía, me
evitaba, y fue igual por casi una semana.
Así que decidí darme por vencida con él.
- Mikasa la miro. ¿Acaso estaba tratando de
atormentarla? ¿Por qué no continuaba la
historia?

- Una mañana, fue Eren quien me beso.
De hecho, me ataco en mi pequeña oficina.
Fue el sexo más caliente del mundo. Cuando
la pasión acabo y cada uno se cambió, el
no pudo siquiera mirarme a la cara. Así
que pidiéndome disculpas, salió. Y me
evito por otra semana. Pero yo, ya tenía la
experiencia con él, sabía que me deseaba.
Así que comencé a seducirlo. Luego, todo se fue dando. Hasta que... - Cerró los ojos,
como si lo que viniera fuese doloroso
para ella. – Eren jamás quiso ir a mi
apartamento. Nuestros encuentros, luego de
aquel en mi oficina, fueron en hoteles. Eran
lindos y él era siempre amable y especial,
pero se mantenía distante. De mí. De mi
vida privada. Y me alejaba a mí, de la de
él. Aun así, no pude evitar enamorarme
de él. – Las palabras eran cuchillos en el
corazón de Mikasa. Las lágrimas, salían sin
permiso de sus ojos. Y, al parecer, no era la
única que quería llorar. La rubia, tenía los
ojos acuosos, inundados de lágrimas sin
derramar. A pesar de sí misma, sintió pena
por ella.

- Tuve la esperanza, de que él te dejaría.
De que se daría cuenta, que su matrimonio
había muerto y viniera conmigo. Pero no
lo fue. Al contrario. Hace un mes, de la
nada, me llamo, llego a mi apartamento y
estuvimos a punto de hacerlo. Luego, como
si el diablo lo persiguiera, salió corriendo
de mi casa sin haberme tocado. De ahí, no volvió, su trato conmigo, era educado y
netamente profesional. Pensé que estaba
pasando por una crisis, como al inicio. Que
la culpa no lo dejaba avanzar. Así que me
decidí a darle tiempo. Ayer en la noche, lo
llame, le pedi si podíamos hablar, que fuese
a mi casa. Allí llego, trate de besarlo pero
me rechazo. Luego me pidió disculpas. Por
su comportamiento conmigo, por haberme
utilizado. Me dijo que estaba enamorado
de su esposa. Que había cometido un
error acostándose conmigo, que amaba
a su esposa y le iba a contar de nosotros,
esperando que ella lo perdonase y no lo
dejara. Me pidió disculpas de nuevo y me
dijo que si yo no me sentía cómoda con
él, lo odiaba y no quería estar cerca suyo,
el pediría un traslado y se alejaría. – Las
lágrimas de la rubia, eran sinceras y llenas
de dolor. Su voz se cortaba en ocasiones y
se podía notar la pena. – Yo creo que él está
confundido, creo que se siente culpable
y quiere tratar de hacer las cosas bien. -
Mikasa la miro sin comprender cuando ella
se levantó de la silla cerca de la cama donde
ella estaba.

- Yo amo a Eren. Y lo que pasamos fue
importante. Para los dos. Por eso estas aquí.
Cuando el descubra que tu desapareciste
y piense que lo abandonaste, entonces las
cosas serán fáciles para nosotros. Ya no
habrá culpa, porque fuiste tú la que lo dejo.
Y podremos estar juntos, ser felices, así
que... - El ruido de una puerta que se abrió
con gran estruendo, las distrajo a ambas.
- ¿Abby? - Mikasa giro la cabeza. - ¿Pero
qué...? - La rubia abrió los ojos como platos
al darse cuenta que era lo que traía Abby
arrastrando.

Mikasa las miraba tratando de levantar la
cabeza, para ver que era. Su boca se abrió
y sus ojos derramaron más lágrimas. ¡Era
Eren! Estaba inconsciente y había un
hilillo de sangre que corría por su cara
y salía de su cabeza. Miro a su amiga sin
comprender.

- Casi arruina nuestro plan. – ¿Su plan?
¿Abby estaba ayudando a la amante de
su marido? Luego de que terminaron de
amarrar a Eren a la silla, su amiga se giró
y se acercó a ella. Levanto una mano y le
acaricio el rostro.

- Ahora, te voy a limpiar. Vas a quedar
libre, después de que termine esto. - Mikasa
la miro, luego giro la cabeza y observo a
su esposo, que estaba inconsciente y la
rubia arrodillada a su lado. ¿Qué era lo que
pasaba?






Eso es todo por hoy mañana tratare de publicar más capítulos ya que no falta mucho para el final



Bye  









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