Día 8: Blind Date

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DIA 8

BLIND DATE

(o cita a ciegas)

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Oh, volvemos unos años al pasado, aún no están casados, pero están juntos.

Podemos hablar que continúa (no inmediatamente, pero si está relacionado) con el día 6: Detective.


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Observó por unos segundos el reloj del recibidor, y de un vistazo pudo darse cuenta que ella ya llevaba algo de retraso, como siempre. Nada fuera de lo normal.

Había conseguido analizar cada una de sus tardanzas, sacando la mediana y realizando algún logaritmo, para luego centralizar datos, concentrando la muestra y dando como resultado, según el modelo matemático de Felix Graham de Vanily, que, habitualmente Marinette llegaba entre 16.8 y 23.5 minutos tarde. Siempre.

Se fijó nuevamente en el reloj, para comprobar que, efectivamente, ya iba dieciocho minutos tarde. Nada fuera de lo normal.

Quizá ya estaría por llegar.

El aroma de la ternera asada en el horno inundaba el pequeño departamento en el que vivía desde hace unos meses en París. Suspiró, repasando mentalmente cada detalle de la cena que había preparado. Platos listos, vino listo, copas listas, mesa puesta, luces y decoración. Todo correcto. Nada fuera de lo normal.

Quizá ya estaría por llegar.

Veintiún minutos. Sus labios se estiraron formando una sonrisa suave y sincera. De acuerdo a sus condiciones, Marinette debía compensar sus tardanzas, de una manera u otra. Y hoy él tenía pensado cobrarse algunas deudas. Varias, todas.

De repente, empezaron a aporrear la puerta con tesón y esmero, meneándola una y otra vez.

- ¡Fé, Fé, ya llegué! Abre por favor.- Y en su voz se oía un poco a súplica.

Él se acercó a la puerta y sin abrirla, le dijo en un tono tranquilo y calmado:

- Date la vuelta, Marinette y cierra los ojos.-

Escuchó como ella movía los pies y resoplaba, para luego confirmarle que estaba lista. Abrió y le puso el antifaz para dormir que ella le había regalado la semana pasada.

- Fé, ¿me has puesto un antifaz?¿el de borreguito?-

- Sí, el de borreguito. - Ambos rieron mientras entraban, cogidos de la mano, hacia el pequeño salón.

 - Ambos rieron mientras entraban, cogidos de la mano, hacia el pequeño salón

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Felix y Marinette. Felinettenovember 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora