Estábamos esperando el llamado para nuestro vuelo rumbo a Chile. Esto de estar sentada esperando y encima tener a un hombre guapo en mi frente, no me estaba ayudando nada.
Verlo semi acostado y con una de sus manos en su amigo y en la otra con el control del tv, me empezaba a poner cachonda. Mi lado fantaseoso se activó cuando él sin darse cuenta empezó a tocarse de forma sugestiva.
Maldecía que la sala de espera donde estábamos, tuviera cuatro cámaras de seguridad ¡COÑO! Así que para tratar de disiparme y poner cachondo al fandom, claro quienes se den cuenta de esa mano traviesa de ese hombre guapo llamado: Joaquín Galán, busqué mi celular y le tomé una foto.
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A los segundos de subirla en las historias, salieron las respuestas y fue muy bueno colocar mi equipaje y bolso, pues más comentarios hay sobre el costo de mi bolso que de la mano inquieta que me tiene mojada. Esos que sí se dieron cuenta de la mano, son esos que no le han dado duro desde la noche anterior.
Estaba entretenida leyendo los mensajes, que no me fijé que él me estaba mirando serio. Seguramente pensó que algún hombre me estaba escribiendo.
-Lucía: -Alzando mi mirada- ¿Sucede algo?
-Joaquín: Espero que sea una de tus amigas o Rochy, la que esté dibujando esa sonrisa en tus labios.
-Lucía: ¿Y si la razón son muchos hombres en tanga o sin ella? -Puse mi mirada pícara-
Joaquín estaba por contestar cuando alguien se acercó a decirnos que ya podíamos embarcarnos en el avión. Yo tomé mis pertenencias y salí rápidamente, antes de que quisiera cersiorarse que lo que le dije era verdad.
Al llegar a Chile tuvimos que esperar unas horas más porque estaban haciendo respetar todos los protocolos de bioseguridad. Joaquín no me dirigía la palabra, pienso que se me había pasado la mano. Estando en el hotel, tomé un baño renovador y tenía pensado ir a la habitación de él para cenar algo. Luego de media hora estaba tocando su puerta, se demoró en abrirme.
-Joaquín: ¿Cómo así por acá? -Dijo serio-
-Lucía: ¡Ay Joaquín! Era joda lo de los hombres en tanga -Dije seria también-
-Joaquín: -Cerrando la puerta, luego que ingresé- ¿Aahh sí? -Desatando su bata quedando desnudo- Entonces demuéstrame que soy el único al que deseas.
-Lucía: Lo haré las veces que sean necesarias -Dándole una sonrisa de lado-
Dejé su cuerpo atrapado entre la puerta y mi cuerpo e inicié una serie de besos, mientras mis manos recorrían su piel y sus manos se colaban en mi espalda para luego bajar hasta el borde de mi blusa. La sacó por mis brazos y la lanzó al suelo. Su amigo empezó a despertar, sólo con sentirlo, la temperatura de mi cuerpo -en especial mi vagina- subió de manera escandalosa.
