Cuando Lo Veo 1

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04 de Diciembre 2021

Lucía y Joaquín estaban en la casa de Santa Bárbara, disfrutando de la nauraleza que los rodeaba. Cada atardecer era diferente. Los arreboles eran los protagonistas, pues en ellos se admiraban un sinfín de colores. El enorme jardín frente a los espejos de agua de las lagunas, permitía admirar la belleza de la fauna. Sin duda, el espacio verde, cobraba protagonismo a cualquier hora del día.

Y como ya era conocido para toda la familia Galán, a Gachi le fascinaba contemplar el ocaso hasta que estuviera totalmente oscuro

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Y como ya era conocido para toda la familia Galán, a Gachi le fascinaba contemplar el ocaso hasta que estuviera totalmente oscuro. De todas las estaciones del año, las noches primaverales y las de verano eran sus favoritas porque podía ingresar a la piscina que estaba al pie de la laguna. No sólo refrescaba su cuerpo sino que también lo hacía su alma.
¿Cúal era el resultado? Lograba dormir plácidamente y sin interrupciones. Para ella era un logro máximo, pues la mayoría de veces era noctámbula sin remedio.

En esta ocasión, tenían la oportunidad de estar a solas en la casa de verano que habían adquirido quince años atrás, justo tres meses después del episodio de la isquemia cerebral de Lucía.

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30 de Enero del 2007

Para Joaquín recordar aquel día de Octubre se estaba convirtiendo en su más recurrente pesadilla. Había sido terrible encontrarla en el piso de la habitación del hotel de Zacatecas en México, teniendo dificultades para levantarse a causa de la inmovilidad del lado derecho de su cuerpo. En sus pensamientos se instaló una especie de nube negra, al creer que por su confesión justo antes de subir al show esa noche, había sido la razón para lo que le estaba sucediendo.

A pesar de que Lucía recobró la movilidad de su pierna afectada al día siguiente, su brazo quedó afectado. En este tiempo ha estado en rehabilitación con un kinesiólogo y aunque le recomendaron que dejara los escenarios, ella estuvo convencida que si los dejaba un solo día, luego no volvería. Con su brazo atado a un cabestrillo, había estado asistiendo religiosamente a FLENI. La mayoría de las veces llegaba sola a la clínica pero eso no implicaba que saliera sola, pues él trataba de llegar a mitad de las terapias y luego la llevaba a su casa.

 La mayoría de las veces llegaba sola a la clínica pero eso no implicaba que saliera sola, pues él trataba de llegar a mitad de las terapias y luego la llevaba a su casa

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