Capítulo 24.

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Capítulo 24: El amarillo.

Lucas.

—¡¿Thea?!— Me acerco a uno de los árboles— Thea, no es divertido.

La veo asomarse desde uno de los árboles del frente con una sonrisa divertida.

—¡Claro que lo es! Encuéntrame— sale corriendo hasta perderse en otro.

Suelto una larga respiración y comienzo a seguirla, en su plan de salir a distraernos imaginaba estarnos besando debajo de un árbol, pero al parecer la castaña no tenía esos planes.

Tenía un rato escondiéndose y yo al parecer era fatal para encontrarla.

Hace mucho calor y estoy comenzando a cansarme, en cambio Thea sigue con mucha energía y esa sonrisa en su rostro que al verla me es inevitable no sonreír.

Ella tenía la capacidad de alumbrar todos los lados oscuros de mí, desembocando un montón de sentimientos nuevos e intensos cada vez que estaba cerca.

Me pasa sus pequeños brazos por la cintura deteniéndose detrás de mí.

—Eres pésimo en este jugo— murmura.

Me di la vuelta quedado frente a ella, tenía el cabello en una cola alta y se habían salido algunos mechones de ella, sus pestañas daban el toque perfecto en esos ojos marrones tan bonitos, las pequeñas y diminutas pecas en sus mejillas me parecían perfectas, sin poder evitarlo clavo mis ojos en sus labios.

Ya no me importaba si se daba cuenta que la estaba viendo todo el rato, ella tampoco parecía ocultarlo demasiado bien. Estábamos siendo dos versiones nuevas de nosotros, unas que parecían mejorar con los días.

Durante la última semana todo parecía ir bien, en la preparatoria el chisme se había regado y ambos no nos importa en lo absoluto, después de todo estábamos acostumbrados a que pensaran lo que ahora se había convertido en realidad.

Era tan indescriptible como ella podía ser todo lo que quería en este momento, como si nadie pudiera igualarla, cualquier chica que quisiera llamar mi atención no podía lograrlo, ya que no podía apartar mi vista de Thea.

Se levanta de puntillas dejando un pequeño beso en mis labios que yo convierto en varios.

Nada podía compararse con sus besos, había besado muchas bocas pero ninguna se sentía tan correcto, tan bien. Como lo habría dicho Thea, ninguno había sido un beso de verdad.

—Ha sido la mejor semana de nuestras vidas— sonrió al escucharla.

—¿Antes no teníamos semanas increíbles? Yo pensaba que la pasábamos bien en cualquier plan— posó mis manos en su cintura.

—Antes no podía besarte— inclino mi cabeza para besarla de nuevo.

—Entonces deberíamos besarnos por todas esas semanas que no lo hicimos.

—Me parece un buen plan.

—Todo lo que hagamos juntos es un buen plan.

Lo cierto era que si como mejores amigos todo era bueno, ahora que nos veíamos con otros ojos era aún mejor. Ir a casa y regresar juntos, pasar la tarde y en ocasiones quedarme a dormir.

Aún si no lo decía también había sido la mejor semana de mi vida, donde solo estaba con ella y él mundo desaparecía.

No tenía problemas, y tampoco parecía extrañar las peleas en absoluto. Hacia tareas como si fuera un gran estudiante cuando la castaña me obligaba y todos se sorprendían en cuanto rechazaba un plan para beber.

Experimentando el amor. (Libro 1 EEA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora