Capítulo 27.

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Capítulo 27: Experimentando el amor.

Thea.



Camino de un lado a otro en mi habitación, no he visto a Lucas desde esta mañana y en las dos últimas semanas he sentido que algo no anda bien.

Entre nosotros todo parece perfecto, he ido aprendiendo cosas nuevas con él, y me parece maravilloso cada vez que estamos juntos, como si fuera imposible no mejorar la vez anterior.

Pasamos los días juntos y algunas noches voy a su casa o él viene a quedarse.

Seguimos teniendo momentos de mejores amigos con la diferencia que nos besamos cada dos por tres o terminados en la cama.

Me alegra que él fuera el primero, no hay nadie con quién me sienta más segura que con él, y cuando terminados en la cama no duda en preguntarme si estoy bien, me he dado cuenta que Lucas me trata como si fuera algo delicado, como si temiera romperme y hacerme daño.

Es cuidadoso, amoroso y apasionado. Y cuando me encuentro desnuda frente a él siento que me ve como si fuera la más hermosa, como si todo de mí fuera perfecto para él.

Mi amor por el pelinegro crece y nuestra amistad sigue siendo igual de bonita con la confianza, solo siento que me oculta algo. Algo que lo hace despertarse por las noches cuando me cree dormida, y que lo preocupa hasta el nivel de tener días donde su amargura está por los cielos.

Lo que más amo de Lucas es que no importa que tan enfadado este, nunca lo paga conmigo y en cambio siempre lo veo esforzarse porque no me de cuenta. Cosa que es imposible ya que lo conozco demasiado para notarlo.

Vuelvo a mirar mi celular y me doy por vencida, no vendrá está noche. Debe estar con los chicos o qué sé yo, no quiero parecer una novia obsesiva.

Busco mi pijama y me acuesto abrazando las almohadas. No puedo creer todo lo que ha cambiado mi vida en poco tiempo, pase de tener mala suerte en el amor a poder estar con la persona más genial que he conocido en mi vida. Mi mejor amigo.

Con las semanas he ido dejando el temor de que pueda arruinarse, todo va tan bien y se siente tan maravilloso que no puedo imaginar que pueda arruinarse.

El aire se cuela a la habitación por mi balcón, las cortinas se levantan y puedo ver una sombra en la puerta.

Me siento observando la figura y sonrió al notar que es el pelinegro.

Me levanto en cuanto puedo detallarlo por la poca luz de la luna y me acerco a envolver mis manos por su cintura.

—Pensé que no te vería está noche— levanto mi cabeza para verlo.

La oscuridad no me deja poder detallarlo, pero puedo ver sus ojos fijos en los míos.

—Imagine que dormías— pasa una de sus manos por mi mejilla causando que cierre mis ojos.

Su perfume se cuela por mis fosas nasales, causando que recuerde la primera vez que lo vi este año, cuando al abrazarlo me sentí diferente con tenerlo tan cerca.

En solo un año había cambiado todo, incluso la forma de vernos el uno al otro. Desde el primer día existieron pequeñas señales.

—Thea— inclina su rostro— ¿Alguna vez habías sentido esto?

Sé a qué se refiere, a lo que sentimos ambos. Que parece aumentar a cada segundo que nos encontramos cerca.

Volviendo los minutos largos e infinitos, eliminando todo lo malo y solo dejándonos a nosotros, con lo que sentimos.

Experimentando el amor. (Libro 1 EEA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora