Capítulo 20.

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Capítulo 20: Feliz cumpleaños Diosa de la Luz.

Lucas.

Encontrar a la pelinegra que parece querer estrangularme cada vez que me ve es lo más difícil, y el hecho de no poder decirle a Thea me lo dificulta el doble.

Sé que corro peligro al estar buscándola, ya que si frente a la castaña es difícil llevar la fiesta en paz, no quiero imaginarme cómo será sin que ella está presente.

Camino por el pasillo ignorando los saludos de algunas chicas, hace unas semanas que no le prestó atención a ninguna, ya que por muy bonitas y acuerpadas que sean no son Thea, y no necesito buscar a nadie.

Al final del pasillo se encuentra el último lugar donde puedo encontrar a la pelinegra, y abro la puerta que da hacia la biblioteca.

El silencio es sepulcral en el lugar y hay muy pocos estudiantes ocupando las mesas, debo confesar que solo he estado aquí un par de veces y no precisamente leyendo.

Ubico a Fabiana en una de las mesas del fondo con un libro en sus manos y me acerco hacia ella, debe ser hoy ya que es lo último que necesito para mi gran plan.

Muevo la silla causando que todos se giren a verme, finjo no darme cuenta que he llamado la atención de todos y las personas al verme prefieren seguir con lo suyo, como si no he arruinado el silencio de la biblioteca.

En cambio la pelinegra tiene sus ojos clavados en mí con rabia, si esos ojos azules pudieran matarme yo estaría tres metros bajo tierra desde el primer día que Thea me la presento.

También acepto que disfruto caerle mal, me gusta que todos quieran saludarme y agradarme, pero con Fabiana es diferente su odio me eleva el ego, razón por la que disfruto arruinarle momentos con mi presencia.

Con Thea es diferente, parece difícil imaginar que Fabiana y ella puedan ser amigas, si las vieras de lejos no podrías ni llegar a creer que puedan siquiera intercambiar palabras, son tan opuestas que aún me cuesta imaginar cómo llego a crearse una amistad entre ambas, pero por muy difícil que se vea han logrado una gran amistad y un fuerte lazo de confianza, las he visto hablando y en ocasiones he escuchado sin querer y es como si se conocieran desde siempre.

—¿La vida me odia para enviarte hasta dónde estoy?

Acomodo la manga de mi uniforme fingiendo que no la he escuchado.

—¿Qué quieres?— pregunta, y sonrió ya que desde el comienzo ese era mi plan.

Solo estaba esperando que hiciera la pregunta clave para soltar porque he venido.

—Necesito un favor— respondo.

—No hago favores, mucho menos a idiotas como tú.

Curvo mis labios hacia arriba con arrogancia, ¿Cómo es posible que me odie tanto? Pero como dicen el odio fortalece, y así como suelen amarme he sido odiado por muchas personas a causas de mis problemas y peleas, el odio también es bueno.

—En realidad es por Thea— frunce el ceño— necesito que la distraigas mañana todo lo que puedas.

—¿Para qué?— cuestiona cerrado el libro.

—Le organizaré una fiesta de cumpleaños— cuento mi gran plan con una sonrisa.

El año pasado ni siquiera puede felicitarla el día que era, ya que mi llamada mensual era dos semanas después y por mucho que intente no pude hacerlo.

Sé que tuvo que pasar un cumpleaños sola, y espero que sus padres al menos no estuvieran de guardia.

Por eso este año quiero que lo celebré a lo grande, que lo disfruté tanto como lo hubiera hecho el año anterior conmigo de no ser porqué estaba en el internado.

Experimentando el amor. (Libro 1 EEA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora