𝗙𝗹𝗼𝗿 𝗠𝗮𝗿𝗰𝗵𝗶𝘁𝗮 [ᴛᴇɴɢᴇɴ ᴜᴢᴜɪ] [𝖡𝗂𝗅𝗈𝗀𝗂́𝖺 𝖥𝗅𝗈𝗋 𝖫𝗎𝗇𝖺𝗋]

☪ 𝗨𝗻𝗼: 𝖳𝖺𝗅𝖾𝗇𝗍𝗈 ☪

𝗡𝘂𝗲𝘃𝗮 𝗘𝗱𝗶𝗰𝗶𝗼́𝗻

Dalia Bushida.

El amanecer del sol se escabullía entre los árboles que rodeaban aquel jardín donde se realizaban los entrenamientos de las kunoichis, desde hace una hora había permanecido sentada en el borde piso de madera en la espera de las mikos para que me asignaran mis tareas.

—buenos días, Dalia

Un grupo de sacerdotisas permanecían a mi lado sorprendidas por encontrarme despierta en el jardín. Era una persona de sueño ligero, además de que no podía conciliarlo muy bien porque mi cuerpo siempre me pedía estar atenta a cada cosa que viera o escuchara a mi alrededor. Nunca he encontrado una respuesta a mi insomnio, ya que mi madre era una mujer de sueño pesado y no tenía otros familiares que padecieran de ello.

—buenos días a todas

Al escuchar a la miko superior todas las sacerdotisas se inclinaron en reverencia de respeto, contestando a su cordial saludo mañanero y al no escuchar una respuesta de mi me observaron, por lo que incline mi rostro sin emitir palabra alguna, levantándome de mi lugar cuando diferentes voces empezaban a dar los buenos días a las sacerdotisas y luego mantenían silencio al mirarme.

—jóvenes, ella es su nueva compañera, Dalia Bushida, el día de hoy tendrán la tarea de mostrarle las técnicas aprendidas en sus entrenamientos, explicándole las reglas y darle las debidas indicaciones para una adaptación rápida en el grupo

Todas empezaron a seguir a la miko al área asignada de los Yumi. Como había despertado temprano, no desaproveche la oportunidad para recorrer los alrededores. Una de las sacerdotisas tomo uno para entregárselo a una chica, quien se coloca en posición, da un par de respiraciones y lanza la flecha que se incrusto a tan solo unos centímetros del blanco marcado.

—¿quieres intentarlo Dalia? —observo el Yumi en las manos de la chica— no importa si apuntas al blanco o no, solo es una practica

Acepte el artefacto, analizándolo un poco antes de imitar la misma posición de la chica. Fije mi vista en el punto blanco marcado en el árbol, acomodando la flecha un poco para soltarla. Había dado en el blanco. Las sacerdotisas y jóvenes aplaudieron mi logro, aunque un poco sorprendidas por ello.

—siguiente parte del entrenamiento

Coloco el Yumi en su lugar, caminando detrás de la miko para el siguiente punto de entrenamiento que consistía en el lanzamiento de un tantō. Otra chica tomo uno de los artefactos colocándose en un punto especifico, lanzando aquella arma que dio en el punto marcado de rojo, pero solo en el borde. Un tantō se me fue entregado, el leve recuerdo de lo ocurrido en casa vago por mi mente provocando que lo lanzara al tronco.

Nuevamente en el centro marcado.

—Dalia necesito saber si te dieron algún entrenamiento antes de ingresar aquí