5. Si no puedes vencer, tienes que fingir.

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Cuando Ban Datong encontró a Zhu Xiaolei, esta estaba perdiendo en la mesa de póquer con los ojos cristalizados.

Llevaba unos días pasándolo muy mal, durante el tiempo en que Xu Bei había desaparecido. Sobre todo porque se estaba quedando sin dinero, Xu Bei era su cartera, y ahora que había desaparecido, le impresionaba cada pérdida.

Los hombres de Ban Datong la arrastraron desde la mesa de póker como si fuera un pollo hasta el emblemático Hummer, Zhu Xiaolei no se esforzó en pedir ayuda ni nada, si Ban Datong la estaba buscando, podría haber gritado como una loca y aún así nadie la habría ayudado.

"Ban-ge". Zhu Xiaolei se apoyó en la puerta del coche y sonrió a Ban Datong, que estaba sentado en el coche con una mirada sombría. Se conocía muy bien a sí misma, lo suficiente como para saber que no tenía nada más que su aspecto y su cuerpo, pero a veces sólo esas dos cosas eran suficientes para salir adelante.

"¿Dónde está tu novio?" Ban Datong seguía sin expresión, pero no parecía que fuera a hacerle nada todavía.

"Oye, Ban-ge, no suenes tan formal, Xu Bei y yo sólo somos compañeros, la cosa no es tan seria". Zhu Xiaolei se apresuró  en negar su relación con Xu Bei, era él quien se había metido en problemas con Ban Datong, no necesitaba que la involucrase en eso.

"Déjate de tonterías, ¿Dónde está Xu Bei?".

"No lo sé", Zhu Xiaolei rozó sus labios, "tal vez se está liando con otra, no puede controlarse cuando se fija en una chica guapa..."

"¿No te dijo a dónde iba?" Ban Datong sonrió con frialdad, esta era la novia de Xu Bei, ese tío es imbécil, se preguntó por qué Xu Bei seguía saliendo con ella.

"Dijo que iba a salir unos días para divertirse en la boda de un antiguo compañero", Zhu Xiaolei sacó un cigarro y lo encendió. "Ban-ge, ¿Tu te lo crees? Porque yo no, es un hombre que ha crecido en el distrito oeste, es como un zorro, de su boca no salen más que mentiras".

Ya esperaba que Zhu Xiaolei no supiera dónde estaba Xu Bei, y Xu Bei no le diría a esta mujer su paradero aunque fuera idiota.

Se quedó en silencio un momento: "Sé dónde está, ve allí y asegúrate por mí".

El día que Ban Datong regresó, alguien le había avisado de que Xu Bei se estaba recuperando en una casa particular bien escondida en las afueras de la ciudad, todo lo que tenía que hacer era llevar a sus hombres allí y podría atraparlo con las manos en la masa.

Pero ese no era el final que quería, Xu bei le tendió una trampa, por lo que no tenía sentido terminar el juego tan fácilmente, sólo quería que Zhu Xiaolei fuera allí y que Xu Bei sospechara, quería pasar un buen rato a costa de Xu Bei, estaba desesperado por ver a Xu Bei acorralado por él...

"Ban-ge..." Zhu Xiaolei estaba obviamente reacia a ir tras Xu Bei, sonrió un poco a regañadientes, aunque no quería verse involucrada en los problemas de Xu Bei, tampoco estaba dispuesta a ayudar a Ban Datong a dañar a Xu Bei, siempre había sentido que Ban Datong era malo de cara descubierta, mientras que Xu Bei era un zorro, nadie sabía lo que había en su mente.

"He oído que le debes a Raggedy Face casi cien mil". Sondeó Ban Datong con ligereza.

La mano de Zhu Xiaolei que sujetaba el cigarro tembló.

Xu Bei acababa de abrir la puerta cuando Zhu Xiaolei se deslizó entre sus brazos como una serpiente, se enganchó a su cuello y le besó.
Xu Bei maldijo en su corazón, pero arrojó al suelo la barra de hierro que tenía en la mano y rodeó con sus brazos a Zhu Xiaolei.

Zhu Xiaolei empujó a Xu Bei hasta la cama, le quitó hábilmente la chaqueta y se apresuró en desatar los pantalones de Xu Bei. 
Durante todo el proceso no dijeron ni una palabra, sólo se escuchó el sonido de sus respiraciones llenas de lujuria.

El Lobo Ártico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora