✧: ・──── NO ME DEJES.
. ⌲◟⿻. - ،، . . . And I think this is the
beginning of my end... Or
maybe it is the beginning
of my new life . . . ❍ ༚ཻ*⋆
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Narra Melissa
—Deja de pelear con el maldito pájaro —gruño hacia Thomas en medio del sopor.
—¿Ya se fueron? —trato de ignorarlos y me acomodo para seguir durmiendo.
—Si, creo que estamos a salvo por ahora.
—¿Estas cómoda? —hablan Oliver y Newt al mismo tiempo.
Restriego mis ojos y al abrirlos me doy cuenta que estoy con mi cabeza y mis pies en el regazo del rubio y del pelinegro.
—Deberíamos irnos —habla mi hermano y me apresuro a levantarse—. Hay que empacar. Aris, Sartén, Winston, vámonos.
En menos de cinco minutos nos encontramos de pie y con una mochila en nuestros hombros. Conforme vamos avanzando observamos la ciudad totalmente destruida. Todos los edificios están acabados, apenas se mantienen en pie. Solo hay escombros y más escombros.
—Espero que no todo el planeta este así.
—Para la suerte que tenemos lo más probable es que si —afirmo con pesar.
—Un momento, alto —nos detenemos a la orden del pelinegro—. ¿Oyen eso?
Permanecemos en silencio y agudizamos el oído. De una forma sutil se puede escuchar el sonido de unos motores.
—¡Todos, escóndanse! ¡Escóndanse! —de forma veloz vamos directo a una fila de escombros y nos agachamos intentando pasar desapercibidos.
El sonido se vuelve más fuerte y en el cielo aparecen dos helicópteros y una nave enorme.
—Jamás dejaran de buscarnos, ¿verdad?
—Cuando estemos muertos, tal vez lo hagan —murmuro y salgo nuevamente al sol.
El día se resume en: escalar centenares de edificios destruidos, caminar bajo el efusivo calor, descansar menos de dos minutos, evitar tragar arena y estar alertas a las aeronaves de CRUEL.
—Esas montañas, tiene que ser ahí —señala un sitio que desde esta distancia asimila a una pequeña mancha disforme.
—Está un poco lejos.
—Qué bueno que está cerca.
Newt y Oliver se regresan a ver con el ceño fruncido.
—Más vale empezar a caminar.
Todos damos un paso y sin más Winston cae frente nuestros ojos.
—¡Oye, Winston! —nos arremolinamos a su alrededor preocupados.
—¡Esta malherido! ¿Qué hacemos?
—Empezar a rezar —le suelto un codazo a Oliver por su imprudencia.
