𝙉𝙤 𝙢𝙚 𝙙𝙚𝙟𝙚𝙨 ━━━ 𝙣𝙚𝙬𝙩

❛✿↯: 𝟎𝟑

♪♪𝑰'𝒎 𝒂 𝒉𝒆𝒓𝒐 𝒂𝒏𝒅 𝒂 𝒗𝒊𝒍𝒍𝒂𝒊𝒏
𝑰'𝒎 𝒂 𝒎𝒚𝒕𝒉 𝒂𝒏𝒅 𝑰'𝒎 𝒂 𝒍𝒆𝒈𝒆𝒏𝒅
𝑾𝒊𝒕𝒉𝒐𝒖𝒕 𝒔𝒕𝒓𝒆𝒏𝒈𝒕𝒉 𝒂𝒏𝒅 𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒆𝒏𝒅𝒆𝒓
𝑰 𝒂𝒎 𝒓𝒆𝒂𝒍♪♪

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Narrador omnisciente

Sacudidas levemente fuertes agitan al auto destartalado que, a toda velocidad, se dirige a un punto especifico atravesando la ciudad desierta.

La vista es extremadamente escalofriante, edificios devastados, calles solitarias, un silencio inquietante, lugares en penumbras, montañas oscurecidas con forma de gigantescos monstruos que dan la impresión de que en cualquier momento van a cobrar vida y destruirán todo a su paso. Pero esas montañas, por más espeluznantes que parezcan, no son los verdaderos monstruos de ese sitio.

Un rastro de polvo acompañado con el sonido del motor del auto es lo único que se aprecia en ese terrible sitio. La velocidad aumenta cada minuto más al igual que la adrenalina que comienzan a sentir las personas que se encuentran dentro de ese vehículo.

Un hombre de edad avanzada revisa el pequeño reloj de bolsillo que llega consigo, al percatarse de la hora, su tranquilidad se va perdiendo poco a poco y termina cerrándolo con un nerviosismo que es incapaz de admitir.

—Van tarde —su voz suena dura y fría, la persona que se encuentra a su lado no deja pasar eso.

Ella gira sutilmente su cabeza analizando las palabras del hombre, trata de negar lo que dijo, sin embargo, al constatar la hora se da cuenta que es verdad.

La brisa fresca se mueve a través de todo el prado, el silencio es interrumpido por un tenue ruido, un nuevo motor. Esa es la señal para que Jorge arranque el vehículo y Brenda empuñe su arma, preparándose para lo que viene. A toda velocidad se colocan a la par del tráiler, el sonido ensordecedor llena sus oídos por completo. Al llegar al vagón principal son observados por dos guardias de seguridad estupefactos.

—Brenda, estamos atrás, distráelos un poco —vocifera un chico pelinegro por medio de un radio de comunicación.

—¡Agárrense! —ordena el hombre que los acompaña y, tanto el pelinegro como la castaña, acatan su petición. Las ruedas quedan marcadas en la tierra.

Brenda sale por la abertura del automóvil, coloca el arma a la par de su ojo y, con el objetivo en la mira, dispara dando en el blanco.

Los guardias exclaman por ayuda y un berg se dirige a su ubicación.

Vince, con toda la exactitud posible, coloca el vehículo en las vías del tráiler y se va acercando a la parte trasera del vagón.

—Es una locura, chicos —por más que grite su voz se escucha débil debido a todo el sonido del entorno.